Cada vez se conoce el funcionamiento de la persona autista. En esta ocasión, la lengua de signos ha servido para esclarecer un poco más cómo procesan la información estas personas. ¡Buena noticia!
Uno de los aspectos más estudiados en el autismo es la comunicación. Para potenciar al máximo el desarrollo comunicativo en las personas con autismo se utilizan multitud de sistemas alternativos o aumentativos de comunicación (SAAC), entre ellos el uso de los signos propios de la lengua de signos.
Por otra parte, existía cierto desconocimiento sobre las causas por las que el uso correcto de los pronombres en las personas con autismo es escaso. Recientemente, un estudio con niños sordos con autismo hijos de padres sordos usuarios de lengua de signos ha arrojado alguna luz al respecto (Zeliadt, 2015).
Todos los niños del estudio, además del autismo, eran sordos a excepción de uno, que era oyente, pero incluso en este caso era hijo de padres sordos que usaban fluidamente la lengua de signos. Los investigadores realizaron pruebas mediante las cuales constataron la misma dificultad para el uso de los pronombres que la documentada en investigaciones anteriores con niños expuestos a la lengua oral: solo un 35% usaba correctamente el pronombre «yo» en las pruebas para referirse a sí mismos.
Los investigadores concluyen que el mal uso de los pronombres o su omisión en las personas con autismo no se debe principalmente a dificultades de comprensión de la palabra hablada, ya que si fuera así, mejorarían en el uso de los pronombres a través de la lengua de signos. Por ello, creen que la verdadera causa se encuentra en la incapacidad para distinguir entre uno mismo y los demás.
La lengua de signos permitió así, en este estudio, descartar hipótesis e impulsar un mejor conocimiento de los trastornos comunicativos del autismo.
En este vídeo podemos ver a Andy, un niño de 10 años con parálisis cerebral y autismo comunicándose en lengua de signos americana (ASL):
