Sin importar diagnóstico o condición, enseñémosles a valorarse.
Te enseñaré a valorarte, mi niño, te haré ver que eres digno de este mundo, que puedes calzar los sueños que desees porque tus pies son fuertes y tu mente libre para subir cualquier cima, para tocar con los dedos cualquier estrella. Te enseñaré humildad, hijo mío, pero también la grandeza de esos corazones que saben respetarse a sí mismos.
Este mensaje, esta idea, es algo que todos nosotros, como madres, padres y educadores, solemos tener en mente. Sin embargo, tal y como nos explicaba Wayne Dyer en el libro «Tus zonas erróneas», cuando uno se ama lo bastante a sí mismo, la desaprobación de alguien no es algo que nos preocupe o que temamos. Esto, como adultos, lo sabemos muy bien, sin embargo, no sucede lo mismo en el caso de los niños.
«El amor a uno mismo es el punto de partida del crecimiento de la persona que siente el valor de hacerse responsable de su propia existencia»
-Viktor Frankl-
Así, una crianza y una educación en la cual esté presente la desaprobación y esa crítica que a veces les dirigimos a los niños pensando que de este modo «les enseñamos cómo va la vida», lo que se conseguirá a corto y a largo plazo es construir una autoestima débil, una percepción de sí mismo tan falta de alimento emocional que cuando ese niño sea adulto, vivirá supeditado a todo aquello que los demás digan o hagan.
Más allá de lo que podamos pensar, no resulta fácil fomentar el buen autoconcepto o esa auto-valoración fuerte y saludable que todo niño debería empezar a construir desde bien temprano. No lo es en primer lugar por una razón muy sencilla: si papá y mamá no se valoran a sí mismos, sembrarán de debilidades e inseguridades el corazón de sus pequeños.
Hoy, en «Eres Mamá» te damos unas cuantas claves en las que reflexionar.
Te enseñaré a valorarte, me cuidaré como persona para transmitirte mis fortalezas
Algo que sin duda te comentamos en muchas ocasiones en nuestro espacio, es que inviertas en tu bienestar, en tu salud emocional, en tu crecimiento personal. Si tú eres feliz, darás felicidad. Si sabes dar felicidad, darás al mundo hombres y mujeres fuertes.
La tarea, el empeño, vale la pena. Por ello, te proponemos tener en cuenta las siguientes ideas.
Te enseñaré a valorarte a través del juego
El juego simbólico, es una gran estrategia mediante la cual empezar a introducir valores y adecuadas estrategias psicológicas en los niños.
Así, una forma lúdica y sencilla de conseguirlo es mediante muñecos, ya sean peluches o los típicos muñecos de Lego.
- Puedes recrear historias: «A Carlos le dicen en el cole que es feo y torpe» «¿Qué le dirías tú para ayudarle?», «Y si tú fueras Carlos… ¿Qué pensarías? ¿Cómo reaccioanarías? ¿Creerías de vedad que eres torpe solo porque te lo dice otro niño?»
Corrige desde el refuerzo positivo
Saber corregir a nuestros hijos es un arte que no todos los papás y mamás disponen. Nunca deberemos caer en la típica situación de «ya has roto otra cosa otra vez, es que eres el niño más malo del mundo», «has suspendido el examen porque está claro que no vales para las matemáticas, tu hermano es más aplicado que tú».
- El refuerzo positivo en la corrección se basa en saber indicar al niño qué ha hecho mal y cómo puede hacerlo mejor.
- En el refuerzo positivo jamás se hacen comparaciones.
- A su vez, se basa también en saber transmitir al pequeño confianza en sí mismo: «sé que te has equivocado, pero mamá confía en ti y sabe que lo vas a hacer bien».
Evitaré halagos poco creíbles o grandilocuentes
Algo que deberíamos saber es que en muchas ocasiones, determinadas palabras, frases y adjetivos en principio positivos, no resultan útiles a la hora de trabajar la autoestima.
Expresiones como «tú eres el más guapo», «eres el más listo del mundo» o esa forma de alabar donde nos limitamos a ver el dibujo del niño y decirle que «es muy bonito», en realidad a ellos no les sirven.
El refuerzo enriquecedor, aquel que favorece la autoestima y que ayuda al pequeño a valorarse positivamente a sí mismo, requiere que sea sincero, lógico, ajustado y ante todo real.
- Por ello, es esencial que personalices: «eres un niño responsable, y te adoro por cómo eres, sé que vas a conseguir lo que te propongas porque sabes esforzarte, y aunque a veces te equivoques, mamá estará ahí para ayudarte».
- Sé objetivo en las valoraciones y haz que estas les sean útiles: «me gusta el dibujo, aunque creo que este color hubiera quedado mejor ¿tú que opinas?»
«Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes»
-Indira Ghandi-
Te enseñaré a valorarte a través de la autonomía y la responsabilidad
Para fomentar su autoestima es vital que el niño tenga responsabilidades y que aprenda poco a poco a ser autónomo, de este modo, se sentirá orgulloso de sus logros, de sus capacidades.
No obstante, la autonomía estará siempre en relación con sus capacidades y en cómo nos demuestra que es capaz de asumir con éxito ciertas responsabilidades.
Esto nos lo irá demostrando con el tiempo, ahí donde nosotros haremos de hábiles facilitadores, de sabios progenitores que saben cómo y de qué manera ofrecer alas, pero construyendo a su vez, fuertes raíces.