En España, dos de cada tres pacientes cuando tienen síntomas de depresión o de ansiedad acuden al médico de Atención Primaria y reciben antidepresivos exclusivamente porque no hay un tratamiento psicológico a nivel primario, explica Antonio Cano, catedrático en Psicología y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés. Los profesionales de la medicina han reconocido que los tratamientos farmacológicos actuales (ansiolíticos y antidepresivos) resultan insatisfactorios, ya que sólo son efectivos en la mitad de los pacientes y su administración no elimina cierta patología residual que se mantiene en el tiempo.
Según las estadísticas en EE.UU, los fármacos matan allí a más de 300.000 personas al año, muchas más que las que mueren por tomar drogas ilegales. Es aquí donde surge la pregunta del millón, ¿poder sanar sin fármacos es bueno o malo para la industria farmacéutica? Deberíamos poder decir que la ciencia está separada de la industria farmacéutica, pero no es así, porque con el dinero de ésta se paga el desarrollo de la ciencia, y ese dinero, en su gran mayoría, solo va para esos estudios que dicen que las drogas funcionan.
Bruce Lipton, doctor en Biología Celular y pionero en investigación con células madre argumenta que la primera razón por la que la medicina de hoy es cuestionable es porque los médicos no saben cómo funcionan las células. La segunda, es que la medicina está basada en la física de Newton. No reconoce la energía, esa parte invisible, las señales electromagnéticas. Pero, a principios del siglo XX, apareció la física cuántica, que dice que todo es energía, lo que podemos ver y también lo invisible. Si miras dentro del átomo, hay electrones, protones, neutrones. ¿Y qué hay dentro? Energía. La ciencia más reciente indica que el cuerpo responde a la física cuántica, no a la newtoniana. La medicina dice que quiere cambiar la química del organismo con drogas y la nueva medicina dice que hay que cambiar la energía. Y esta nueva medicina, la cuántica, es mucho más poderosa, porque responde primero el campo energético que el físico.
El ser humano tiene 50 trillones de células y el entorno celular para nosotros es la sangre, por ello la composición de la sangre cambia el destino de la célula. Por lo tanto, si ponemos a la persona en un entorno nocivo, igual que la célula, también enferma, si la trasladas a un entorno sano, entonces sana. Si cambias a la persona de entorno sin medicamentos, el cerebro cambia la química ya que el cerebro de la persona y el de la célula leen y entienden el entorno.
¿Entonces, en un entorno “sano” nos curamos automáticamente? ¿Todos tenemos el mismo concepto de lo que es un “entorno sano”?
La respuesta no es tan fácil porque la mente interpreta según el concepto que tenemos de un ambiente saludable. Puede suceder que estemos en un entorno sano y que nuestra mente lo interprete como un entorno nocivo o perjudicial o viceversa. Esta es la diferencia entre la célula que lee el entorno directamente y nuestra mente que hace una interpretación de éste.
El efecto placebo
Esto también nos sirve para entender cómo funciona un placebo. Cambio mi creencia y pienso que esa pastilla me va a sanar y me mejora y me sana a pesar de que esa pastilla solo contiene azúcar, no me ha hecho nada, han sido mis creencias (50% de pacientes con depresión mejoran con placebo). Esto es lo que llamamos pensamientos positivos y efecto placebo. Es aquí donde llegamos a la conclusión de que la mente es energía. Cuando piensas, trasmites energía a través de impulsos eléctricos neuronales, y esos pensamientos, son más poderosos que la química de las células ya que la pueden cambian según lo que nosotros pensemos o interpretemos.
Los superpoderes de la terapia psicológica
Con todo esto llegamos a entender y resaltar la importancia que tiene la terapia psicológica, la cual comprende al ser humano desde sus pensamientos, creencias, valores y toda una serie de variables que se dan en los diferentes contextos en los que la persona se expresa y convive, sin la necesidad u obligación de recetar ninguna clase de medicamento. La psicoterapia es una herramienta que tenemos en nuestra sociedad y a la que poder acudir sobre todo cuando nos sentimos deprimidos, ansiosos o estresados, cuando tenemos miedos que nos limitan, cuando nos falta la motivación o las ganas de seguir adelante, cuando tenemos problemas sociales, familiares o de pareja, entre otras razones. Hay una infinidad de cuestiones que nos abordan en la vida cotidiana que pueden hacernos enfermar y que, en lugar de acudir a un profesional de la salud mental como es el psicólogo, acudimos al médico de cabecera.
Esto es una muestra más de que hay otras alternativas a las pastillas para poder estar sanos, prevenir o salir de la enfermedad. Una alternativa que, sin duda, no deberíamos de descartar y tenerla presente en muchísimos casos como primera opción.
Para terminar os dejamos las ventajas de la terapia psicológica frente a la terapia farmacológica:
1. Menos costes en gasto público sanitario: menor empleo de servicios médicos, reducción de costes médicos.
2. Disminución del número de visitas al médico y de los días de hospitalización (con la consecuente disminución de la carga económica para los sistemas sanitarios).
3. Menos costes en gasto público social: disminución del absentismo laboral, menor empleo de recursos sociales, prevención de problemas en la familia o en la comunidad.
4. Mantenimiento de los cambios terapéuticos a largo plazo.
5. Mayor adherencia al tratamiento.
6. Disminución significativa del riesgo de recaídas.
7. Elevada tasa de recuperación, es decir, a diferencia de los fármacos, no deja ninguna “patología residual”.
8. Prevención de la cronificación de la patología del paciente.
9. Ha demostrado ser una alternativa más eficaz y económica que los fármacos para el tratamiento de la ansiedad y de la depresión y, a diferencia del tratamiento farmacológico, no supone ningún riesgo para la salud y no presenta ningún efecto secundario adverso.
10. Los psicólogos ofrecen un abordaje multidimensional, siempre teniendo en cuenta a la persona en sus distintos ambientes, colaborando con otros profesionales de la salud y con las personas que son importantes para su bienestar.
Este artículo ha sido escrito por mi colega Leticia Montoya. Joven psicóloga, con una formación envidiable, dado que ha cursado un Master en Neuropsicología y otro de Psicología Clínica, ambos en el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (Isep). Yo he tenido la suerte de ser profe suyo en los módulos de Depresión y en Técnicas de entrevista, y su expediente es envidiable. Yo a su edad no tenía la mitad de conocimientos que ella posee en la actualidad. Te dejo un enlace a su página de Facebook por si quieres seguirla; tiene muchas cosas que compartir; de hecho en su face tiene una frase que es una declaración de sus intenciones “Lo que necesitas es dejar de necesitar”. Leticia es joven, bien preparada, con ganas de comerse el mundo y tiene un futuro brillante, de eso no tengo ninguna duda. Yo me he tomado la libertad de añadirle dos comas y su presentación al artículo que te he presentado. Psicología a tope y como muestra, esta colega.
Nota de Nacho Coller sobre este artículo. Ante las depresiones graves o duraderas en las que hay repercusión funcional y en aquellos casos en los que hay alteraciones del sueño que impiden el funcionamiento normalizado, se recomienda el uso de fármacos y evidentemente, que estos sean recetados por un profesional de la medicina. De hecho yo los he tomado cuando he pasado por un proceso de dificultad vital en el que mi vida no tiraba y no había forma de reconducir. Lo mismo digo cuando hay un trastorno de ansiedad con repercusión funcional y en el que la psicoterapia es o ha sido ineficaz. Y dos cosas más, los datos referentes de la psicoterapia los puedes ver en este artículo: la tendencia a recetar fármacos para los problemas de ansiedad y depresión cuestiona gravemente la calidad asistencial que se presta en nuestro sistema sanitario. Junto a este artículo puedes ver otros que refuerzan esta idea. Y una segunda cosa respecto a los datos de las muertes ocurridas en USA por los fármacos. Te dejo un estudio que indica lo contrario y que puedes ver en este enlace. Te dejo esta entrevista a Bruce Lipton (parte importante en el artículo de la psicóloga) que me parece interesante y la puedes ver en este enlace
