Aunque muchas madres y profesionales de la educación aún no logran comprenderlo, cada pequeño tiene su propio ritmo de aprendizaje y maduración. Por eso, si tu hijo aprende lento, no te alarmes ya que es absolutamente normal y no indica necesariamente ningún tipo de inconveniente cognitivo.
Lógicamente, unos desarrollarán más rápidamente algunas habilidades y conocimientos que otros. Entonces aquí no hace falta librar una carrera y forzar al pequeño a llegar cuanto antes a la meta dado que no importa qué tan despacio aprenda el niño.
Lo que verdaderamente interesa en este proceso es no dejar de apoyar al menor para que pueda seguir aprendiendo. Si tu hijo es más lerdo que el resto, simplemente aminora la marcha y camina pacientemente a su lado a un ritmo más despacio.
Si tu hijo aprende lento, da pasos cortos pero firmes
Si tu pequeño aprende lento, no pierdas la calma y sé paciente. Bajo ningún punto de vista te muestres frustrado, molesto o enojado. Pues él ya tiene suficiente peso a sus espaldas por el ritmo de aprendizaje que lleva, además de la carga o presión que supone lograrlo para verte feliz y no sentirse inferior o discriminado.
Aquí es importante cuidar las palabras que utilizas para motivarlo y ayudarlo. No se trata de forzar o acelerar la adquisición de esos conocimientos con más material y más exigencias. En muchas ocasiones, simplemente se requiere tiempo.
Por esto mismo, si ese menor aprende lento, reduce la velocidad e intensidad de enseñanza. Comienza a dar pasos lentos, pero firmes durante esta caminata. De cualquier manera, lo importante es recorrer este complejo camino juntos, a la par.
Actitudes que debes evitar si el niño aprende lento
Una de las reglas de oro en caso de encontrarse en esta situación en donde el aprendizaje y desarrollo del infante se retrasa un poco más de lo que se considera normal, es no gritar, castigar ni pegar al menor que presenta alguna de estas dificultades.
Del mismo modo, queda terminantemente prohibido realizar comparaciones tan absurdas como hirientes. Respeta siempre el tiempo de esa criatura, no fomentes una competencia que no tiene sentido, ni lo hagas sentir menos que los demás.
Sin embargo, vale aclarar que en estos casos el secreto no consiste en absoluto en negar simplemente este pequeño obstáculo que debes sortear junto a tu pequeño apelando a las más altas dosis de perseverancia, paciencia, dedicación y mucho amor.
¿Cómo actuar si mi hijo aprende lento?
En primer lugar, debes aprender a ayudarlo. Esto no implica de ninguna manera hacer las cosas por él ya que, de este modo, el mensaje que llega al niño que es su madre sabe hacerlo y él no lo lograría de otra manera que sin la intervención del adulto.
Aquí también es muy importante cuidar cada una de las frases que usas durante esta misión. Así evitarás que el niño se sienta disminuido, incapaz o incluso humillado. La clave consiste en motivar y estimular pero sin herir a tu hijo ni decapitar su autoestima.
Es de especial relevancia revisar las metas impuestas y los métodos propuestos, pues estos deben ajustarse a la edad del pequeño. Asimismo, recuerda que la enseñanza debe ser constante y evitando por todos los medios cualquier tipo de distracción o dispersión a o largo de este momento crucial.
Además resulta pertinente hacer foco en la enseñanza de destrezas básicas fundamentales para su vida adulta, tales como la lectura, la escritura y las operaciones básicas matemáticas. Pero siempre respetando que el contenido sea adecuado para la edad del niño.
Por último, que no se te olvide reforzar todo tipo de progreso en el aprendizaje. Por mínimo que éste sea, debes afianzar de manera positiva su interés por los estudios. Recuerda que en la educación de niños con estas pequeñas dificultades, cada pequeño logro representa un avance de diez casilleros.
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