La Realidad Virtual no sólo se utiliza en adultos, también puede utilizarse entre niños y adolescentes como técnica terapéutica de forma muy eficaz, ya que la tecnología utilizada es muy cercana a su “lenguaje”, y parte de un elevado grado de motivación que otros métodos terapéuticos no consiguen. Las exposiciones siguen unos procesos progresivos, graduando las situaciones para ir avanzando desde las ejecuciones más fáciles hasta las más difíciles. Poco a poco, a partir del conocimiento y dominio que dan las interacciones de la realidad virtual, el paciente podrá enfrentarse al miedo en el mundo real. A su vez, ofrece la seguridad terapéutica de enfrentar al paciente a la mayor cantidad de estímulos y situaciones posibles sin salir del despacho, siendo capaz de generar en la persona las mismas reacciones y emociones, que las que experimentaría en una situación similar en el mundo real.