La dislexia es un problema de aprendizaje que dificulta el desarrollo de la lectura de forma correcta. Este problema, que es uno de los problemas de aprendizaje más comunes, implica que el niño o niña en cuestión no pueda adquirir precisión ni fluidez a la hora de leer. La dislexia, en consecuencia, puede generar otros problemas, como son los problemas de comprensión de la lectura, problemas de caligrafía y de ortografía o problemas de razonamiento lógico, especialmente aquel que se relaciona con lo matemático.
La dislexia no afecta, en modo alguno, a la inteligencia de aquel que la sufra, y no está relacionada tampoco con problemas de visión, aunque esto se crea muchas veces al manifestarse la dislexia habitualmente con un tipo de escritura desordenada y alterada.
Si bien es cierto que, aunque no afecte a la inteligencia, sí puede añadir bastantes piedras en el camino al niño disléxico, puesto que requerirá de una mayor concentración y esfuerzo al enfrentarse a su vida académica que otro niño o niña que no padezca este problema.
Por eso, aunque la dislexia es un problema que no tiene cura, debemos buscar la forma de minimizar sus consecuencias para así mejorar la vida de aquellos que la sufran, afectando lo menos posible a su rendimiento académico.
Pasos sencillos para ayudar a un niño/a con dislexia
- Trabaja con ejercicios para la mejora del vocabulario y de la memoria.
- Logra concienciar al entorno social del niño del problema, en busca de la cooperación de todas las personas implicadas en su educación (profesores, abuelos…).
- Realiza frecuentemente prácticas de lectura sin forzar demasiado la situación y procurando centrarnos en palabras simples y habituales para el niño.
- Realiza actividades enfocadas en la asociación de las palabras con los sonidos o conciencia fonológica, son muy eficaces.
- Busca aplicaciones y sistemas interactivos que puedan ayudar a tu hijo o alumno en su proceso de lectura.
- Busca audiolibros y audiocuentos para que el niño pueda disfrutar de la lectura como cualquier otro sin agobios. Escuchar un texto por parte de terceros, siempre resulta más sencillo que leerlo de forma directa a la hora de enfrentarnos a su comprensión.
- Trabaja la segmentación de las palabras a través de las sílabas.
- El deletreo, las rimas, o actividades como las sopas de letras, pueden ser muy útiles y además divertidas.
- Busca y estimula sus puntos fuertes, ya que esto ayudara a reforzar su estado anímico y su estima personal.
- Motívale siempre para que quiera seguir avanzando y superándose a sí mismo. La actitud y la positividad es lo más importante.
Cuanto antes se identifique el problema mejor, aunque esto no siempre resulte fácil, ya que antes también podremos ponernos a trabajar para facilitarle al niño su camino hacia el aprendizaje positivo y eficaz, eliminando la posibilidad de problemas de autoestima o de frustración que pueden generarse de forma lógica y frecuente en los niños con dislexia.
Lo más importante es ser conscientes del problema y de la necesidad que tenemos los demás de adaptarnos y adaptar la vida y la enseñanza a la persona que lo sufra, y no hacer que el niño o niña con dislexia tenga que adaptarse a un sistema tradicional que no trabaja en consecuencia a dichos problemas de aprendizaje.