Todos los padres que tengan un hijo con discapacidad se ha hecho esta pregunta en más de una ocasión y es el mayor temor que puedan tener. ¿Qué va a ser de mi hijo cuándo yo me muera? En este artículo podrás encontrar algunas orientaciones a seguir para quedarnos un «poco más tranquilos» cuando llegue nuestra hora.
Mi madre murió de cáncer hace casi 23 años. Fue una experiencia devastadora para todos como familia. Su partida fue otra etapa de sufrimiento después de muchos años de agonía.
Al relacionar esta experiencia mía como hija con mi vivencia actual como madre, sólo puedo admirarla más por su fortaleza y claridad cuando llegó el momento de aceptar su suerte sin parar de trabajar hacia mi futuro y mi independencia el día que ya no estuviera conmigo.
Mi madre creía en mi, y una memoria que tengo viva sucedió una mañana cualquiera en la que abrí los ojos para verla sentada a los pies de mi cama con mi mirada serena. Me dijo, “Se que vas a estar bien. Estás preparada para el futuro, pero tu hermano es todavía un pequeño niño. Confío en que lo apoyarás.” No dije nada, y acepté el hecho de que mi madre ya había hecho comunión con Dios y su destino.
Pero entre las muchas cosas que heredé de ella, me tocó también una mayor probabilidad de tener cáncer. Por eso, y como parte del plan de prevención recomendado por la Sociedad Americana de Cáncer, debo hacerme mamogramas anuales. Este año a la edad de 39, el estudio fue inconcluso y por eso tuve que tener un ultrasonido adicional y vivir la típica agonía de la espera por los resultados.
Mis resultados salieron limpios, pero durante todo el proceso que utilicé para reflexionar, me di cuenta que a diferencia de mi madre y en el caso de mis hijos, yo no puedo creer que algún día tendrán la funcionalidad para ser totalmente independientes.
Entonces, ¿cuáles son los pasos apropiados a tomarse cuando queremos desarrollar un plan de crisis para nuestros hijos con discapacidad?
- Averigua sobre las cuentas designadas o cuentas para personas con discapacidad, llamadas en Inglés Pooled Trust. Estas cuentas son cuentas protegidas en las cuales el dinero que depositas no puede ser utilizado para fines personales. El administrador, que es la organización o incluso el banco, protege el dinero de mal gastos y en caso de emergencia lo administra basado en las necesidades individuales de la persona con discapacidad. Se paga un porcentaje de mantenimiento.
- Compra un seguro de vida. No sólo estarás asegurando el futuro de tus hijos, sino que además, puedes utilizarlo en combinación con la cuenta designada para asegurarte que el dinero será administrado correctamente si algún día faltas.
- Designa un tutor legal y haz una lista de personas que estén dispuestas a tomar responsabilidad en caso de emergencia. Muchas veces no queremos pensar en esto tratando de bloquear los sentimientos de temor o creyendo que cuando planeamos atraemos esa realidad. Todo lo contrario, mientras más seguros estén tus hijos y su futuro más claro, más tranquilo te sentirás y más feliz serás.
- No disminuyas el valor de la prevención y date el tiempo de hacerte las revisiones y exámenes necesarios cada año o cuando sea necesario. Nada mejor que prevenir para poder lidiar con los problemas lo antes posible y así vivir tu vida al máximo junto a los que amas.
- Ama tu cuerpo y mente. Descansa, vive saludablemente, toma mucha agua, haz ejercicio, y alimenta el cuerpo y la mente de los que amas con lo mejor posible. Pide ayuda cuando sea necesario, y recibe ayuda con amor y agradecimiento cada vez que toque a tu puerta.
Reflexiona acerca de esta palabras, y piensa también que incluso cuando hacemos todo lo esperado, muchas veces no podemos luchar contra lo que ya está escrito. Por ello, trabajemos lo antes posible por establecer ese plan de protección para nuestros hijos, en especial para aquellos que tienen una discapacidad.