La vivencia de situaciones de violencia sigue afectando a las capacidades cognitivas décadas después


Los efectos que la violencia deja en las personas afectan directamente a sus capacidades cognitivas inclusoo décadas después de haberla sufrido, según un estudio internacional en el que se ha analizado la respuesta de más de 700 personas enfrentadas a diferentes tipos de violencia en Colombia y Alemania. El estudio publicado en la revista ‘PNAS’ muestra por primera vez los efectos de la violencia sobre la memoria a corto plazo, la capacidad de almacenar información y el control cognitivo relacionado con la capacidad de concentrarse y la toma de decisiones.

 

La investigación involucró a más de 500 participantes adultos, expuestos a situaciones de violencia urbana y de guerra en Colombia más de una década antes, revelando que empeoran significativamente su desempeño cognitivo cuando son inducidos a recordar las emociones asociadas a la experiencia de la que fueron víctimas. Esto no ocurre cuando los participantes son inducidos a recordar experiencias emocionalmente neutrales o positivas. En concreto, en la investigación participaron 232 miembros de las comunidades de Los Montes de María de Colombia, continuamente expuestas a la violencia de grupos armados al inicio de este siglo, y 308 habitantes de Bogotá, una ciudad con un alto grado de criminalidad.

 

El investigador del Departamento de Economía de la Universitat Jaume I (España) Gianluca Grimalda, miembro del Instituto para el Estudio de la Economía Mundial (IfW) de Kiel y responsable del estudio, destaca que los efectos son similares en el contexto tanto rural como urbano. «Aún más interesante es que en una réplica del estudio con 164 estudiantes en Alemania se vio que los participantes muestran la misma disfunción que presentan las víctimas colombianas cuando se les somete al recuerdo de episodios de violencia de masa, como los atentados terroristas de París de 2015», explica el investigador.

 

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En la investigación participaron 232 miembros de las comunidades de Los Montes de María de Colombia. (Foto: UJI)

 

Estos resultados revelan que traumas no resueltos afectan a la capacidad de ejercer funciones cognitivas claves hasta décadas después de la exposición, alterando la funcionalidad de la víctima en su vida. La memoria a corto plazo afecta a los resultados escolares, el desempeño laboral y estaría asociado a una menor probabilidad de contraer enfermedades como el Alzheimer. El control cognitivo en los menores es un predictor de la salud física, la tasa de mortalidad, la riqueza y el comportamiento antisocial hasta 30 años después. Sin embargo, el estudio muestra también cómo el recuerdo de experiencias positivas o neutras puede llegar a eliminar o al menos suavizar estos efectos. «La senda de la recuperación de la violencia se presenta, por tanto, como posible pero frágil y vulnerable», explica Grimalda, señalando que «en este sentido, resulta fundamental la atención psicosocial a las personas víctimas de violencia». Además, añade, «la investigación plantea la problemática de cómo afrontar la recuperación de la memoria y en qué contexto hacer que las víctimas recuerden, ya que existe un conflicto entre exigencias diferentes como preservar la memoria histórica, ayudar a la recuperación de las víctimas y fomentar un proceso de justicia y perdón entre las víctimas y los agresores».

 

Los supervivientes de violencia están expuestos a graves consecuencias para sus vidas. Hasta la fecha, la investigación sobre estos efectos se había centrado principalmente en sus consecuencias sobre la salud y el comportamiento individual de las personas. El estudio liderado por el investigador de la UJI Gianluca Grimalda junto a Francesco Bogliacino, de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional de Colombia, establece por primera vez los efectos de la exposición a la violencia sobre las capacidades cognitivas de los individuos, concluyendo que una experiencia traumática que no está resuelta puede afectar negativamente a la capacidad de una persona para ejercer las habilidades cognitivas incluso décadas después de que el trauma haya ocurrido. En la investigación han participado también Pietro Ortoleva de la Universidad de Princeton y Patrick Ring del IfW. (Fuente: UJI)

Fuente: www.noticiasdelaciencia.com

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