La depresión es la primera causa de carga de morbilidad entre los jóvenes y el suicidio la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años. Estos son algunos de los datos que proporciona un informe elaborado por la Federación Mundial de la Salud Mental (World Federation for Mental Health; WFMH) con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, el 10 de octubre.
El informe, titulado Young people and mental health in a changing world (“Los jóvenes y la salud mental en un mundo en transformación”) aborda diferentes temáticas que afectan especialmente a la salud mental de los jóvenes, como el bullying, el impacto de los sucesos traumáticos, los trastornos mentales graves, el suicidio, la identidad de género y el papel de la prevención, la resiliencia y el apoyo social.
Tal y como se señala en el texto, uno de los aspectos clave de la etapa juvenil y de los primeros años de la edad adulta es la sucesión de cambios que se experimentan en este breve periodo, tales como el cambio de colegio o de vivienda, la entrada en la universidad o en el mercado laboral, los cambios en las relaciones sociales y familiares, etc. Estas nuevas situaciones, aunque deseadas, pueden actuar como importantes generadores de estrés, posicionando a los jóvenes en una situación de especial vulnerabilidad para el desarrollo de problemas de salud mental. A este respecto, aunque la mitad de los problemas de salud mental se inician en esta etapa, muchos jóvenes no suelen ser diagnosticados ni tratados.
SSegún el informe de la WFMH, el acoso escolar es uno de los problemas más negativos y más extendidos entre los jóvenes, independientemente de la cultura, religión o estatus económico. Un problema que requiere una actuación inmediata debido al impacto en el rendimiento escolar y en la salud mental. El documento cita el informe de UNICEF del año 2016, realizado con 100.000 jóvenes de 18 países, cuyos datos arrojan luz sobre este problema: el 25% de los jóvenes que sufrieron bullying fue debido a su apariencia física, el 25% debido a su orientación sexual y el 25% a su procedencia o nacionalidad.
El documento advierte que “en estos tiempos, los jóvenes corren más peligro que nunca”. La violencia, la exposición a situaciones de conflicto o desastres y las historias de trauma son cada vez más frecuentes, siendo determinadas poblaciones, como los refugiados, especialmente vulnerables.
Si además de los cambios que conlleva necesariamente la transición de la niñez a la etapa adulta, se suma el desarrollo de un trastorno mental grave, la experiencia puede resultar abrumadora para los jóvenes afectados. Según los datos proporcionados en el informe, al menos la mitad de los trastornos de salud mental aparecen a los 14 años y alrededor del 75% a los 24 años. A este respecto, la WFMH subraya la importancia de la detección e intervención tempranas para reducir el número de enfermedades mentales graves en este sector de la población.
En relación con el suicidio, que constituye la segunda causa de muerte entre los jóvenes, el informe señala que se trata de un problema que se puede prevenir por completo, pero al que, sin embargo, no se destinan los medios y recursos humanos suficientes.
Finalmente, la identidad de género, un aspecto que es explorado durante la juventud, también puede poner en riesgo el bienestar de este grupo de la población. Con el objetivo de asegurar la máxima protección de estos jóvenes, la WFMH insiste en la necesidad de desarrollar ambientes de apoyo y de aceptación a estos menores.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, que son analizados minuciosamente en el informe, la WFMH pretende impulsar el debate público sobre la necesidad y el derecho de los jóvenes a crecer “saludables, felices y resilientes” y poner en conocimiento del público las diferentes medidas de prevención y protección de la salud mental de los jóvenes.
Por su parte, la OMS, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, ha querido también insistir en la necesidad y la importancia estratégica de proporcionar una mayor inversión para la implementación de programas integrales, integrados y basados en la evidencia para la mejora de la salud mental de los jóvenes. “Esta inversión debe vincularse con programas que den a conocer a los adolescentes y a los adultos jóvenes cómo cuidar su salud mental y que ayuden a sus compañeros, padres y maestros a saber cómo prestar apoyo a sus amigos, hijos y alumnos”, señala la nota de prensa.
El informe puede descargarse en el siguiente enlace::