El descubrimiento abre la puerta al desarrollo de técnicas para el diagnóstico precoz de los gliomas, tipo de cáncer cerebral cuya supervivencia media no excede de 15 meses.
Los gliomas son un tipo de cáncer causado por la ‘transformación’ de las células gliales en células malignas y que se localiza en la médula espinal y, sobre todo, en el cerebro. De hecho, los gliomas constituyen hasta el 80% de todos los tumores cerebrales. Un aspecto muy a tener en cuenta dado que la supervivencia media tras el diagnóstico de este tipo de cáncer no supera los 15 meses. La razón obedece a que sus síntomas asociados, si bien muy fáciles de identificar –entre otros, cefaleas, pérdida de memoria, cambios en la personalidad y visión borrosa–, solo son aparentes cuando el tumor ya ha evolucionado hasta el punto de resultar incurable. Pero, ¿no hay ninguna manera de detectarlo precozmente? Pues no. O así ha sido, al menos, hasta ahora, dado que investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus (EE.UU.) podrían haber dado con la clave para lograr, por fin, el ansiado diagnóstico temprano de estos tumores cerebrales.
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «PLOS ONE», muestra que los cambios en la actividad inmune –y más concretamente, la disminución de las interacciones de las citoquinas en sangre– alertan de la presencia de un glioma en desarrollo hasta cinco años antes de que aparezcan los síntomas.
Como explica Judith Schwartzbaum, directora de la investigación, «si queremos intervenir de forma más efectiva, es importante poder identificar las primeras fases tempranas del desarrollo tumoral. Y es que de conocer estas fases tempranas, quizás podríamos diseñar tratamientos para bloquear el posterior crecimiento del tumor».
Analizar las citoquinas
Los autores del nuevo estudio han dedicado los últimos años a la investigación de unas proteínas que, denominadas ‘citoquinas’, se encargan entre otras muchas funciones de regular la actividad del sistema inmune. Una dedicación que se explica no solo por el papel, fundamental, que juegan las citoquinas en las alergias sino también por su implicación en el cáncer cerebral. De hecho, sus trabajos previos ya demostraron que las alergias parecen proteger frente al desarrollo de tumores en el cerebro. Entonces, ¿es posible detectar precozmente la presencia de un tumor cerebral a partir de la alteración de los niveles o de la funcionalidad de las citoquinas?
Para responder a esta pregunta, los autores analizaron las concentraciones e interacciones de 277 citoquinas en las muestras de sangre tomadas a 974 adultos, 487 de los cuales acabaron recibiendo un diagnóstico de cáncer cerebral en los años posteriores a la extracción sanguínea. Y lo que vieron es que el nivel de interacción de las citoquinas fue notablemente menor en la sangre de los pacientes que padecieron el tumor.
La disminución de las interacciones de las citoquinas podría jugar un papel en la aparición y crecimiento de los gliomasJudith Schwartzbaum
Como indica Judith Schwartzbaum, «observamos un debilitamiento muy claro de estas interacciones en las muestras sanguíneas del grupo que desarrolló el cáncer cerebral, y es posible que este menor nivel de interacciones juegue un papel en la aparición y crecimiento del tumor. La actividad de las citoquinas en el cáncer es especialmente importante porque puede representar el papel del ‘chico bueno’ en términos de combatir el tumor. Pero también puede ser el ‘villano’ y apoyar el crecimiento tumoral al suprimir la actividad del sistema inmune».
Es más; el estudio también ha permitido identificar a aquellas citoquinas –del total de 277– que juegan un papel especialmente importante en el desarrollo de los gliomas.
Más allá de los gliomas
En definitiva, la disminución en las interacciones de las citoquinas parece ser una señal temprana del desarrollo de un tumor cerebral. Un descubrimiento que, cuando menos potencialmente, abre la puerta al diseño de nuevas técnicas para el diagnóstico precoz de los gliomas.
Como apunta Judith Schwartzbaum, «el análisis generalizado de la sangre de personas que no presenten los síntomas de este tumor infrecuente sería poco práctico. Pero nuestro trabajo señala el camino para el desarrollo de técnicas para la detección temprana del cáncer cerebral y de tratamientos más efectivos».
Pero aún hay más. Es probable que este ‘debilitamiento’ de las citoquinas no sea exclusivo de los tumores cerebrales, por lo que también podría facilitar el diagnóstico precoz de otros tipos de cáncer. Como concluye la directora de la investigación, «es posible que esto también ocurra en otros tumores y que, en realidad, sea un signo común del desarrollo tumoral».