Si uno está pasando por un momento difícil, hablar con alguien podría sonar como una solución simplista, pero realmente es una de las mejores cosas que se pueden hacer.
En las últimas décadas, una serie de estudios han evaluado cómo el conversar cambia el cerebro. Con el advenimiento de tecnologías no invasivas como la tomografía por emisión de positrones (PET), la tomografía computarizada de emisión de fotones individuales (SPECT) y la resonancia magnética funcional (FMRI), ahora podemos ver el funcionamiento del cerebro con un riesgo mínimo para el individuo. Estas herramientas nos permiten ver cambios en el flujo sanguíneo, la actividad eléctrica, la química y la estructura cerebral. Ahora también podemos ver lo que está sucediendo dentro del cerebro al examinar qué áreas se ven afectadas durante y después de una conversación y cómo estos cambios conducen a la reducción de síntomas y al mejoramiento general del funcionamiento de las personas. Un estudio hecho en el 2006 con tecnologías de neuroimagen por D. Linden encontró que hablar con una persona puede cambiar el cerebro de maneras similares a los cambios causados ??por los medicamentos.
La palabra posee la peculiaridad de liberar el alma. En incontables ocasiones callamos. Por miedo, por creer que de nada sirve decir las cosas, por evitar conflictos, etc. Las causas por las que guardamos silencio son muy variadas.
Lo que establece la diferencia entre un buen y un mal conversador es el ESCUCHAR. Para saber hablar, primero hay que aprender a escuchar. Y no es lo mismo “oír” que “escuchar”.
A través del diálogo no se obliga a nadie y se respeta la libertad del otro, es lo más opuesto al fanatismo. El diálogo busca siempre lo universal, lo mejor para todos. Raras veces nos movemos en el campo del diálogo, que es el leguaje del alma, pero sí podemos hablar menos y conversar mejor. Para ello necesitamos aprender a escuchar y a reflexionar sobre lo escuchado, para tener ideas propias y saber qué queremos decir.
No me cansaré de repetir, una y otra vez, la enorme importancia que tiene hablar para disfrutar de salud mental y mejorar la calidad de nuestras relaciones interpersonales.
Si uno está pasando por un momento difícil, hablar con alguien podría sonar como una solución simplista, pero realmente es una de las mejores cosas que se pueden hacer.
Si uno está pasando por un momento difícil, hablar con alguien podría sonar como una solución simplista, pero realmente es una de las mejores cosas que se pueden hacer. Decidir con quién quieres hablar es un primer paso importante. Tienes que confiar en esa persona y sentirte cómodo abriéndote a ella. Las posibilidades incluyen amigos cercanos, miembros de la familia, maestros, etc.
Sin embargo, con razón decía Sigmund Freud que “La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas”, y esto sigue siendo verdad.