Conocemos popularmente el papel del logopeda en los niños, de hecho, asociamos a este profesional únicamente con la infancia y es importante dar a conocer también el papel y los beneficios que un logopeda puede aportar en la senectud de una persona.
La realidad de los hechos nos dice que asumimos que nuestro padre o madre, esa persona que nos ha mimado y cuidado toda la vida se nos hace mayor y por lo tanto el deterioro es natural. Damos por hecho que es ley de vida. Y qué triste es, qué triste es ver como esa persona que te ha dado la vida, que te ha protegido y te ha hecho ser quien eres hoy en día, con tus valores, tus defectos y tus virtudes se ha hecho mayor y ya no es la persona que era. Es doloroso ver cómo tus padres se acercan al final de sus vidas y dejan de ser las personas fuertes que te protegían.
De repente llega un momento en la vida en que tus referencias vitales cambian y ese niño que todos llevamos dentro se ha de convertir en un adulto fuerte y racional que ha de cuidar de sus padres y de sus hijos.
Perder a un padre o madre, ver como poco a poco se va consumiendo es una experiencia vital dolorosa que nos hace sentir huérfanos en el mundo, un pedacito de ti se va con ellos y no volverá. Nuestro referente en el mundo desaparece…
Asumir y aceptar que se hacen mayores no implica que no debamos hacer un examen de conciencia e intentemos darle la mejor calidad de vida hasta el fin de sus días. Considero que se han ganado ese derecho fundamental en la vida. Vivir, y vivir en las mejores condiciones posibles.
Lo que más me fascina de nuestro mayores es su alegría .La alegría para mí es la mayor de las cualidades en la vida. Ser alegre te hace ser feliz y minimizar los golpes que te da la vida. Y nuestros mayores son alegres, muy alegres. Comprobamos cada día cómo les hace feliz aprender todavía, cómo les hace feliz un poquito de atención exclusiva y echarse unas risas por cualquier tontería. Todavía tienen muchas ganas de vivir y esto es esencial que lo sepamos. Todo lo demás, son aspectos propios de la edad y minimizarlos es nuestro objetivo.
El logopeda es el profesional de la salud encargado de abordar los trastornos del habla, la voz, la deglución y el lenguaje en nuestros mayores.
Enfermedades degenerativas como el Alzheimer, el Parkinson, la Esclerosis Lateral amiotrófica, la demencia, la disfagia, un ictus o accidente cerebrovascular (ACVS) van a estar presentes en nuestros mayores e irán dando su cara en la pérdida del lenguaje oral o la comprensión, en la dificultad motora para hablar o tragar, en la movilidad de sus órganos articulatorios o en su fonación o voz débil y apagada.
El ordenador central se va apagando y con él lo que conocíamos de nuestros padres.
La esperanza de vida ha crecido y con ella las enfermedades asociadas a un envejecimiento celular y neurológico.
Según datos arrojados por el Ministerio de Sanidad en su informe de investigación del año 2016 Estrategia en Enfermedades Neurodegenerativas del Sistema Nacional de Salud. Estrategia aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud el 13 de abril de 2016, “La incidencia global mundial de la demencia se estima alrededor de 7,5/1.000 personas-año. La aparición de nuevos casos se mantiene más o menos estable hasta los 65-70 años (5/1.000 personas-año) y a partir de entonces el crecimiento es exponencial (en torno a 15, 30, 50 y 70-75/1.000 personas-año hacia los 75, 80, 85 y 90 años, respectivamente). La incidencia anual de demencia en un estudio realizado en España se estimó entre 10-15 casos por 1.000 personas-año en la población mayor de 65 años.”
Sumemos a estos datos la prevalencia de ictus en España. Cada 6 minutos se produce un ictus en nuestro país. Se detectan 120.000 casos nuevos cada año y 40.000 muertes se producen anualmente por esta causa según la Sociedad Española de Neurología.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) según sus estimaciones y teniendo en cuenta que en el año 2050 la población mayor de 65 años representará el 46% del total, casi la mitad podría sufrir un accidente cerebrovascular.”
Esos datos reflejan el presente y el futuro por el que todos pasaremos, es por ello que conocer aspectos tan básicos como que los 6 primeros meses tras un ictus son esenciales para su recuperación y por tanto es cuando debemos acudir a un logopeda de inmediato. Saber que un logopeda puede minimizar, atenuar y ralentizar un proceso de deterioro mediante una rehabilitación profesional puede darnos luz de cómo actuar ante nuestros mayores y poder darle la calidad de vida que por derecho se han ganado.
¿Nos han cuidado y cobijado durante toda la vida?
¿Nos han ofrecido su amor incondicional y protección?
¿Nos han ayudado a criar a nuestros hijos?
Invito pues a todos los lectores a hacer una reflexión sobre nuestros mayores, la esperanza de vida actual, los trastornos que conlleva y si no hacer nada es una opción.