Los expertos se muestran preocupados ante esta situación, dadas las altas tasas de depresión y suicidio.
Cuatro de cada diez médicos son reacios a buscar atención especializada en salud mental por miedo a poner en riesgo su capacidad de ejercer la medicina, que podría quedar en suspenso.
Así lo indica un estudio publicado en la Mayo Clinic Proceedings que aborda esta cuestión en Estados Unidos, donde la licencia médica no depende de colegios provinciales, sino de las legislaciones de cada uno de los estados. Allí, las juntas médicas estatales las que pueden sancionar a los galenos solo por tener un diagnóstico de salud mental.
Liselotte Dyrbye ha sido la principal autora de la investigación, para la que, primero, se han analizado formularios de solicitud de licencia médica iniciales y de renovación en todo el país (excepto en tres estados). Luego, estos datos se han cotejado con una encuesta hecha 5.800 médicos sobre su comportamiento en la búsqueda de apoyos contra la salud mental.
Los investigadores averiguaron que al menos 32 de las 48 juntas estatales de licencias médicas preguntan a los profesionales sobre su historial de salud mental. Y en la encuesta, 2.325 de los consultados informaron de que eran contrarios a buscar terapias o ayuda para potenciales problemas mentales por las repercusiones que esto tener sobre sobre su capacidad de ejercer.
Dyrbye advierte de que esto supone “un gran impedimento” para que este colectivo busque ayuda. Esta circunstancia es especialmente preocupante, dada la elevada incidencia que la depresión y, casos extremos, el suicidio tienen en este colectivo.
«Las preguntas de la solicitud de licencia médica se interponen en el abordaje de trastornos de salud mental muy tratables y probablemente contribuyan a las altas tasas de suicidio entre los médicos», ha asegurado, de hecho, Dyrbye, en respuestas a preguntas de Reuters.