En CPC contamos con profesionales altamente cualificados en esta herramienta. No dudes en ponerte en contacto con un profesional si estás pasando por un momento en tu vida en el que consideres que necesitas ayuda. os estudios científicos han probado que, empleadas correctamente, las técnicas del mindfulness pueden ayudar a reducir considerablemente el sufrimiento emocional. También resultan muy útiles para reducir el estrés y aumentar las emociones positivas y el buen humor. Mindfulness es un término que proviene de la traducción al inglés de la palabra “sati” del idioma Pali (Siegel, Germer, y Olendzki, 2009). Si bien originalmente esta palabra servía para connotar “conciencia”, “atención” y “recuerdo”, su traducción e inclusión en el ámbito terapéutico occidental ha provocado que su significado se amplíe de forma considerable. Así, Jon Kabat-Zinn (2003), considerado por muchos como el introductor del mindfulness en el ámbito clínico en occidente, lo define como «el estado de conciencia que emerge a través de prestar atención en el momento presente, de forma intencional, y sin juzgar, a la experiencia que se despliega momento a momento» (p. 145). Esta última definición es la adoptada por los autores pues reúne tres elementos centrales del mindfulness, presentes en gran parte de la literatura psicológica sobre el tema: la conciencia, el momento presente, y la aceptación. Desde el punto de vista de la psicología occidental las técnicas de mindfulness se utilizan con fines terapéuticos por su capacidad para producir un aumento de la atención y una mejora en las habilidades para responder a los procesos mentales que contribuyen al malestar emocional y los comportamientos desadaptativos. Estos beneficios son los que han motivado su inclusión, a lo largo de las últimas tres décadas, en las intervenciones clínicas. |
|
||||
Mediante revisión sistemática hemos analizado la evidencia actual sobre la eficacia de los Tratamientos Basados en Mindfulness (TBM) cuando son aplicados, específicamente, a los trastornos de ansiedad reconocidos por las clasificaciones diagnósticas DSM-IV-TR y CIE-10. A partir de la búsqueda en las bases de datos PsycINFO, MEDLINE, ERIC, PubMed y CSIC se obtuvieron un total de 269 artículos potencialmente relevantes. Finalmente se conservaron 8 artículos con un número agregado de 424 participantes diagnosticados de Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG; n = 260), Fobia Social (FS; n = 82), Trastorno por Estrés Postraumático (TEP; n = 47), y Trastorno de Angustia (TA; n = 35), respectivamente. La edad de los participantes, de los cuales el 42% eran mujeres, estuvo comprendida entre los 22 y los 52 años, con una media de 36 años. Únicamente dos estudios examinaron formas individuales de tratamiento, los seis restantes utilizaron un formato grupal. Los protocolos de tratamiento aplicados fueron: – Reducción del Estrés Basada en Atención Plena (Mindfulness-based Stress Reduction Program, MBSR; Kabat-Zinn, 1982). Es un programa clínico grupal, de 8 semanas de duración, basado en el entrenamiento sistemático en la meditación mindfulness y una forma de yoga denominada “mindful Hatha yoga”. En la actualidad el MBSR se utiliza ampliamente para la reducción de la morbilidad psicológica asociada a enfermedades crónicas y para el tratamiento de trastornos emocionales y conductuales. – Terapia Cognitiva Basada en la Atención Plena (Mindfulness-Based Cognitive Therapy, MBCT; Segal, Williams y Teasdale, 2002). Es un programa de formación grupal de 8 semanas que integra aspectos de la terapia cognitivo-conductual para la depresión dentro del programa MBSR. Pese a que fue desarrollado específicamente para la prevención de la recurrencia de la depresión mayor, cada vez hay más estudios que avalan su eficacia para otras alteraciones psicológicas, entre ellas, los trastornos de ansiedad.
Respecto de la comparación entre los TBM y otros tratamientos para la ansiedad ya establecidos (terapia cognitivo conductual, relajación aplicada y ejercicio aeróbico), la revisión sugiere que los primeros no son superiores a los segundos en términos de eficacia. Por consiguiente, la elección de los TBM podría depender de factores como su efectividad en términos de coste y de tiempo. En ambos sentidos, el MBSR y el MBCT parecen ser intervenciones altamente eficientes debido a que su aplicación es grupal. Otro aspecto a señalar es que los TBM están asociados con mejorías en una amplia variedad de síntomas por lo que podrían promover, en general, un afrontamiento saludable de situaciones que provocan malestar psicológico y estrés. Por lo tanto, los resultados hallados hasta el momento en cuanto a la eficacia del mindfulness para el tratamiento de los trastornos de ansiedad son prometedores. No obstante, sugerimos que son necesarios más estudios efectuados con un control metodológico riguroso para que se puedan llegar a establecer conclusiones sólidas. |