Se llama disfagia orofaríngea y consiste en no poder preparar el bolo alimenticio al comer o ser incapaz de desplazarlo de la boca al estómago. Es un trastorno poco conocido pero que afecta a más de 230.000 gallegos, el 8,4 % de la población. Lógicamente la distribución no es homogénea entre todos los tramos de edad. Por ejemplo, hay estudios realizados en centros sociosanitarios de mayores que reflejan que más de un 80 % de los mismos padecen este problema, un porcentaje similar al de las personas que sufren un cáncer de cabeza o cuello.
Pero también es un gran desconocido entre los niños, y divulgar este trastorno y su abordaje es el objetivo de la segunda jornada gallega de disfagia orofaríngea, que se celebrará los días 30 de noviembre y 1 de diciembre en el Hospital Montecelo de Pontevedra. La disfagia es un síntoma que aparece vinculada en el caso de los pequeños a trastornos neurológicos, prematuridad, condiciones médicas complejas -como enfermedad cardíaca o pulmonar, o tumores-, malformaciones, problemas sensoriales o conductuales. «Hay algunos tipos de autismo -explica Araceli Oubiña, logopeda de la EOXI de Pontevedra y miembro del comité organizador de esta jornada- que se detectan a través de la aversión alimentaria», explica.
En este encuentro participarán expertos de Portugal y de Austria, y acudirá el equipo de abordaje de la disfagia orofaríngea infantil del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. «El objetivo es dar a conocer esta sintomatología a nivel hospitalario, porque es muy desconocida, y hasta qué punto puede afectar al ámbito de los niños, porque ahí todavía es más desconocida», añade.
Una de las características de este trastorno es que necesita un abordaje integral, en el que intervienen otorrinos, gastroenterólogos, logopedas, fisioterapeutas, nutricionistas y pediatras, en el caso de los más pequeños. Y por ello se necesitan más recursos y estructuras para tratar la disfagia. Porque solo hay unidades en Pontevedra, A Coruña y Santiago, y, aunque en otros hospitales se trabaja también ,«la demanda cada vez crece más y se hace lo que se puede».
Los problemas para deglutir pueden ser diferentes en función de la causa. En algunos casos los líquidos se degluten perfectamente pero no los sólidos, y viceversa. Por eso las terapias deben ser individualizadas. Los profesionales de la logopedia trabajan a nivel sensorial, con distintas texturas y volúmenes; a nivel funcional, con la musculatura y realizando ejercicios respiratorios; y también modificando la dieta en colaboración con otros profesionales. En los servicios de neonatos es preciso trabajar en reflejos que deberían estar presentes y aún no lo están en los niños, además de realizar un trabajo de orientación a las familias.
Y es que esta disfagia infantil puede ser causa de retraso en el crecimiento, provocar neumonías o un estado pulmonar comprometido en el menor, rechazo a la comida o incluso provocar que sea necesario buscar vías alternativas de nutrición.