Los agentes se someten continuamente a situaciones de estrés elevado.
Cuando las personas son sometidas a alta presión, es más habitual que desemboquen en situaciones de estrés o depresión.
Hay una serie de factores que influyen significativamente en la salud Psicológica de los agentes. La propia naturaleza del trabajo y las situaciones violentas propias de esta profesión. La dificultad para conciliar la vida familiar. Los horarios y calendarios de los agentes no tienen mucho que ver al del resto de funcionarios públicos. Ser agente lleva implícita la posibilidad de un cambio de residencia en cualquier parte del territorio español. Una cuestión estresante, ya no sólo para el propio agente sino para toda su familia. La policía es un cuerpo en el que, según los propios agentes, la debilidad no está bien vista por los propios compañeros, y se tiende a ocultar. El que sufre de depresión es considerado alguien débil por sus compañeros, por lo que se tiende a esconder cualquier indicio. Normalmente, el método que utilizan los agentes para quitarse la vida es siempre el mismo: utilizar su pistola. Para una persona que tiene depresión y que ha manifestado su deseo de quitarse la vida, contar con un arma es un peligro. Por eso, agentes y sindicatos piden que se establezca un protocolo de prevención del suicidio cuanto antes, porque «el arma no es la que mata. Es el policía. La pistola es sólo la herramienta», concluyen desde el SUP.