Al menos unos 800 alumnos coruñeses se engloban bajo la definición de estudiantes de altas capacidades, es decir, tienen un coeficiente intelectual por encima de la media que se traduce en tener mayor facilidad para absorber información, aprender cuestiones complejas ellos solos, plantearse preguntas impropias de su edad o utilizar un vocabulario más común entre los adultos. A Coruña concentra más de la mitad de los casos de niños superdotados que hay en Galicia y es la séptima provincia a nivel estatal. La Xunta cuenta desde hace año con un protocolo que favorece la identificación de estos alumnos
Utilizan un vocabulario muy amplio para su corta edad, aprenden solos a leer o contar, retienen información con gran facilidad y muestran una alta creatividad. Son las personas superdotadas o con altas capacidades, un colectivo que representa entre el 1 y el 2% de la población. La provincia de A Coruña cuenta con al menos 806 alumnos con estas características, lo que supone que concentre más de la mitad de los superdotados detectados en Galicia y sea la séptima provincia española con más casos. Sólo Murcia (con al menos 3.140 alumnos superdotados), Sevilla (1.759), Madrid (1.741), Málaga (1.411), Granada (1.129) y Las Palmas (1.109) superan a la provincia coruñesa, según los últimos datos del Ministerio de Educación, correspondientes al curso 2014-2015. En el caso de Galicia, a los coruñeses superdotados habría que sumar 367 en Pontevedra, 160 en Ourense y al menos 59 en Lugo.
Pero estas cifras no se ajustan a la realidad. Desde las asociaciones de ayuda a este colectivo reconocen que muchos niños con altas capacidades aún desconocen que lo son y la prueba es que a nivel estatal, el Ministerio solo tiene identificados a 19.187 cuando hay más de ocho millones de estudiantes en todo el país. Además, las entidades aseguran que no todas las autonomías van al mismo ritmo a la hora de identificar y abordar a este alumnado y es ahí donde Galicia puede presumir de estar a la vanguardia. La razón hay que buscarla en que la Universidade de Santiago (USC) dispone de una unidad especializada en altas capacidades desde hace años y la Xunta cuenta con un protocolo marcado para saber cómo actuar con estos alumnos. Algo que se traduce en números. Galicia se sitúa a la cabeza del país en número de estudiantes superdotados identificados: con 1.392 es la quinta comunidad con más casos, sólo superada por Andalucía (7.703), Murcia (3.140), Canarias (1.778) y Madrid (1.741). Tanto desde la USC como desde la Consellería de Educación dan una serie de pautas sobre las altas capacidades.
¿Qué caracteriza a estos alumnos? Desde la facultad de Psicología de la USC -donde se ubica la unidad especializada en altas capacidades- aseguran que estos niños presentan una serie de rasgos comunes como tener un lenguaje fluido y avanzado para su edad, aprender tareas difíciles de forma autónoma, demandar y retener de forma rápida gran cantidad de información, poseer una gran capacidad de concentración y una gran habilidad para conceptualizar y sintetizar. A la hora de definir a un alumno con sobredotación intelectual, la Xunta habla de «una persona que muestra un perfil cognitivo formado por la combinación de actitudes como lógica, memoria, razonamiento y creatividad». «En todas ellas los valores tienen que estar por encima del 75% de competencia en cada factor», indica la Xunta en un documento sobre altas capacidades.
¿Cómo se identifica a un superdotado? Tanto los padres como los profesores son quienes suelen detectar que el alumno presenta características propias de un niño con altas capacidades. En ese caso y si la familia está de acuerdo, el departamento de orientación del colegio del menor realizará una evaluación psicopedagógica del niño -en donde pueden colaborar expertos en sobredotación intelectual del equipo de orientación específico provincial- y en función de los resultados se concretarán las medidas educativas a adoptar.
¿Qué medidas se pueden tomar a nivel educativo? La legislación gallega contempla varias respuestas educativas para este tipo de alumnado. Una opción son los programas de enriquecimiento horizontal, en donde no se modifican ni los objetivos ni los contenidos del curso sino que se fomenta la creatividad o el desarrollo metacognitivo a través de actividades que se introducen en la programación del aula y de la que se beneficiarán todos los alumnos. Otra posibilidad son los programas de enriquecimiento vertical como las adaptaciones curriculares: el profesor le da material o actividades complementarias al alumno para ampliar su formación. Por último, se puede producir una aceleración de curso, es decir, el alumno accede de forma progresiva o total a un curso superior al que le tocaría por edad.
¿Cómo deben actuar los padres? Los psicólogos aconsejan proporcionarles un ambiente rico en estímulos acorde con sus intereses, pero no presionarles ni exigirles de modo excesivo. A preguntas complejas impropias de su edad debe responderse de forma sencilla y sin mostrarse sorprendido. Habrá que vigilar que no sean muy perfeccionistas o autocríticos.
Fuente: www.laopinioncoruna.es