Muchas personas, al llegar esta época del año, se sienten agotadas, con falta de creatividad para resolver problemas, irritables. Qué hacer ante estos «síntomas».
Muchas personas, al llegar esta época del año, se sienten agotadas, con falta de creatividad para resolver problemas, irritables. A este estado se lo conoce como burnout o síndrome del quemado. Para poder enfrentar el final de año y el estrés del camino recorrido, lo primero que debemos hacer es planificar el día, eso nos va a dar tranquilidad.
Ahora, cuando llega fin de año, la mayoría de las personas dicen: “Tengo que hacer una evaluación de que logré y no logré”. Sin embargo, hay que entender que siempre tenemos que saldar, eso quiere decir que al final del día debemos ver lo que no logramos, tenemos que ver qué es lo que sí logramos, porque si nos paramos en el fracaso, ¿de dónde vamos a sacar fuerzas para cambiarlo?. En cambio, si digo: “Esto me salió mal, pero esto lo hice bien”, entonces, desde lo que sí logré, del vaso medio lleno voy a sacar fuerzas para cambiar lo otro.
Otro elemento importante es no monopolizar la felicidad. Si toda mi vida gira alrededor del trabajo y no tengo vida social después del trabajo estoy mal, o si toda mi vida gira alrededor de la pareja, de esta forma estoy centralizando toda mi alegría en un área y si yo pierdo esa área, pierdo todo. Por este motivo debemos ampliar las fuentes de satisfacción.
Comúnmente utilizamos la expresión “tener una vida plena” y lo que significa justamente es estar en armonía, en el trabajo, llevarse bien con la familia, con los amigos, disfrutar de hacer un deporte.
Necesitamos recibir y retener la energía para poder hacer lo que nos gusta. Por eso durante el día debemos hacer dos o tres cosas pequeñas que nos carguen de energía. La sugerencia es que las cosas difíciles o complicadas las hagamos a primera hora del día, cuando estamos con una tarea ponerle toda nuestra atención y para ser más eficaces debemos administrar nuestra energía durante el día.
Algo que recomiendan es escribir lo que debemos hacer, ya que cuando lo hacemos estamos mandando un mensaje a nuestro cerebro que es: “Olvidate que ya está anotado”, si no uno siempre está pendiente de qué es lo que tenía que hacer.
Cada día tenemos que poner las banderitas de la prioridad, porque si todo es igual de importante, todo termina siendo nada. Hay cosas por las que no debemos preocuparnos, el rojo para lo que debemos resolver con prioridad, y el verde para las cosas que pueden esperar.