El acoso escolar o bullying es un fenómeno real, «existe, está en las aulas» pero «todavía queda mucho por trabajar, investigando causas y determinando lo ocurrido, individualizando casos, e investigando siempre, nunca hay que dejarlo pasar». Así lo ha manifestado el psicólogo Juan Pedro Martínez, del Colegio de Psicólogos de la Región de Murcia, tras conocerse que el Grupo de Menores de la Policía Nacional (GRUME) investiga si el suicidio de una adolescente de 13 años ocurrido el pasado martes en Murcia está relacionado con un presunto caso de acoso escolar. En declaraciones a Europa Press, Juan Pedro Martínez ha subrayado la importancia de la detención precoz. «Existen indicadores que pueden alertar de que algo está ocurriendo, como cuando un niño somatiza, cambia de hábitos, como de ruta para ir a casa o al colegio, desciende el rendimiento escolar sin causa aparente o sufre cambios de humor repentino». Lo importante, ha insistido el experto, «es investigar el caso» e incidir en dar facilidades al acosado para poder denunciar el tema a su tutor, padres o al centro escolar donde acuda, así como las medidas de concienciación e información y la intervención, y «aplicar medidas en el centro como la expulsión del acosador o considerar otras acciones que favorezcan a la víctima y ayuden a superar la situación». «No hay que culpabilizar al menor» que es acosado, «hay que ayudarle a superar la situación, para tratar de evitar que desencadene en un trastorno por estrés postraumático, que se caracteriza por revivir la situación, por rememorar las emociones cuando se sufría el acoso», con temblores o pesadillas nocturnas. Juan Pedro Martínez explica que generalmente el acosador suele ser un niño más fuerte, con mayores habilidades sociales para manipular y persuadir al resto y el acosado es tímido y con escaso apoyo social. Tras lo que ha destacado el papel de un tercer agente, los observadores, que «no participan pero no hacen nada y también es contrario». Con su actitud, estos niños también están participando, por lo que, ha subrayado, «tienen que aprender a denunciarlo porque muchas veces lo normalizan». Por último, ha recordado que todos los centros educativos de la Región tienen un Plan de Convivencia a través del cual se puede trabajar este fenómeno.