Volver a empezar es un proceso que causa muchas emociones: entusiasmo, ilusión, pero también nos compromete y esto mismo interviene para que abracemos la idea de que a partir de ahora, todo será mejor.
Sin embargo, emprender un camino en ocasiones no surge de manera intempestiva, sino que hay un factor previo que lo impulsa del cual necesitamos soltarnos para liberarnos de todo lo anterior y darle paso a otras experiencias. La voluntad es una pieza fundamental para procesar un cambio, como también lo es cerrar círculos, lo que nos permite hacer un análisis acerca de esos momentos de vida, para poder darle vuelta a la página y escribir una nueva historia.
Da el primer paso
Como explica la psicóloga Mariana Rivera, toda separación nos causa dolor o nostalgia y evita que avancemos, ya sea porque nos resulta doloroso o por el contrario, es tan positivo que no lo queremos dejar ir y nos dedicamos a vivir del recuerdo.
Resulta paradójico, pero para poder emprender hay que terminar. No podemos hacer un proyecto sin antes deshacernos del anterior, los niños cuando desean mejorar su desempeño escolar, piden a sus padres un cuaderno nuevo; alguien que termina una relación con su pareja se hace un cambio de look o al cambiarse de casa se tiran muchos objetos que son inservibles y se sustituyen con otros nuevos.
Cerrar un ciclo requiere sí de la decisión y además de una especie de ritual que nos permitirá estar en condiciones de iniciar con nuevos proyectos, la psicóloga Mariana Rivera recomienda:
– No aferrarnos a nada y tener consciencia de que la vida es constante cambio por lo que siempre encontraremos nuevas formas de vivir.
– Admitir lo que fue o no nuestra responsabilidad y qué papel jugamos para que las cosas fueran de tal o cual forma; esta es la mejor manera de aprender.
– Aceptar que todo lo que nos ocurre es parte de nuestra experiencia, ya sea positiva o negativa, nos ayuda a crecer y por ello debemos ser agradecidos.
– Aprender a decir adiós es fundamental y se puede hacer con un ritual, ya sea una carta de despedida o simbolizar de alguna manera el cierre de ese ciclo, sin olvidar la importancia de agradecer la experiencia.
– Por último, llega el momento de hacer nuevos proyectos.
La frase puede parecer superficial y se piensa que cerrar un círculo consiste en romper deliberadamente con todo lo que lleve una relación con ese evento o persona con la que hemos decidido concluir. Sin embargo, parte del éxito de este proceso radica en aprender a separarnos sin dolor, es decir, debemos obtener el mayor provecho de esa experiencia y reconocer que dentro de todo lo negativo que pudiera haber sido algo, aportó a nuestras vidas.
“Esa valoración es la que nos hace desprendernos sin rencores y poder proyectar la siguiente fase desde una plataforma positiva que no busca borrar el pasado sino capitalizar a favor de su presente. Esa es la esencia de cerrar un círculo, si no se cubre esta condición, corremos el riesgo de almacenar rencores o quedarnos atrapados en esos momentos que nos generaron felicidad pero que ya no están, y en ambos casos el avance esperado no será fructífero, porque de alguna manera existe un lazo que no nos deja desprendernos para trabajar y descubrir las bondades del futuro”, dice la especialista.
Dejar atrás el pasado no es renunciar a él, sino hacerlo efectivo para tu crecimiento personal. Después de vivir una experiencia, habrá oportunidad de transformarla o de hacerla más intensa y duradera, solo tienes que abrir tu mente y tu espacio al nuevo reto. La decisión depende de ti.
Colaboración de la Fundación Teletón México para LaFamilia.info. Derechos reservados.
#EscuelasLibresDeBullying – bojorge@teletón.org.mx