Elementos a considerar en la respuesta psicológica
Podemos, para empezar, diferenciar los elementos en función de las primeras respuestas a dar, o bien, cuando la situación de desplazamiento forzoso se mantiene en el tiempo, una intervención más prolongada en el tiempo.
Dos de las respuestas claves iniciales serían la conceptualización de lo que está pasando como respuestas normales ante una situación anormal o enferma y la intervención sobre los problemas de vida o cambios en la estructura de valores y múltiples pérdidas o duelos. Se trata de despatologizar la mirada: lo enfermo es la situación, no las personas con las que trabajamos, se trata de abordar reacciones normales ante situaciones anormales e inhumanas, se trata de establecer procesos de respuesta y acompañamiento para reducir los niveles de incertidumbre y dar recursos o activar fortalezas de respuesta a las personas que sufren desplazamientos forzados. Hablar con las personas antes que con sus síntomas.
Asimismo, hay que establecer y desarrollar, como principal variable explicativa de lo que denominamos «resiliencia» o capacidad de resistir, sistemas de apoyo mutuo, redes de apoyo social efectivo, apoyo social material, emocional y simbólico, al tiempo que identifiquen a las víctimas como lo que son: merecedoras de respeto y acompañamiento/intervención.
Los migrantes forzados presentarán situaciones complejas para las que es preciso desarrollar un plan de intervención y respuesta complejo y mantenido en el tiempo.
Una de las situaciones que clásicamente identificamos en estas situaciones son los denominados siete duelos:
- Duelo por la familia y los amigos que se dejan atrás. La familia y el futuro de los hijos es el principal motivo para asumir riesgos: «yo no tengo futuro, me lo arruinó la guerra, pero me arriesgo para que mis hijos al menos tengan una oportunidad» (refugiado sirio en Grecia, reportaje emitido en La Sexta, 2016). Se abandona la seguridad de las relaciones, se rompe la red de apoyo social de la que se disponía.
- Duelo por la pérdida del grupo étnico, especialmente si se tiene una especial ligazón con tradiciones, comidas, música y formas de actuación ya desarrolladas.
- Duelo por la pérdida de la lengua o idioma. Con las dificultades que se tienen para comunicarse y expresarse, para sentirnos aceptados, comprendidos y reconocidos. No poder interactuar limita las posibilidades de integración y de respuesta.
- Duelo por la separación de la cultura. Se deja atrás un estilo de vida, hábitos, formas de actuar, comidas, costumbres, todo cambia.
- La pérdida de los paisajes, la tierra. El duelo por la tierra es ante todo, el dolor por la pérdida de los paisajes familiares, cotidianos y entrañables, tales como el camino de siempre, los ríos, las montañas, el bosque o las calles de la ciudad tantas veces transitadas en compañía de la familia o amigos, etc.
- Duelo por la pérdida de estatus.
- Duelo por los riesgos físicos. En ocasiones son tan drásticos los cambios físicos que se operan en los migrantes, al grado de no reconocerse ni ellos/ellas mismos/as, porque pierden excesivamente peso, la tonalidad de su piel cambia, presentan un proceso de envejecimiento, etc.
Otro de los elementos clave a considerar sería el estrés traumático y otras situaciones clínicas que puedan presentar los desplazados. Si bien cabe mencionar que aparece de manera minoritaria pese a lo que suele decirse, si este aparece debe ser acompañada su intervención y afrontamiento con profesionales.
Otro elemento es lo que denominamos proceso de aculturación, por el cual la persona o grupo van adquiriendo una nueva cultura o aspectos de la misma normalmente perdiendo la cultura propia de forma involuntaria.
Por último nos encontramos con la variable que utilizamos para evaluar los riesgos: el apoyo social, la variable que más explica la resiliencia o capacidad de resistir e incluso de crecer ante situaciones traumáticas y que, por tanto, usamos como variable clave a reforzar y también para evaluar la evaluación de riesgo de las víctimas y sus familiares (triage psicológico): a mayor soledad y aislamiento, mayores riesgos.
Principios de intervención
Por otra parte, sea una intervención breve o una intervención continuada, y de acuerdo a la reciente guía desarrollada por las principales organización no gubernamentales y organismos internacionales ligados a la asistencia a personas que sufren desplazamientos forzosos («Salud mental y apoyo psicosocial para refugiados, solicitantes de asilo e inmigrantes desplazándose en Europa», 2016) entre otros caben señalar los siguientes principios clave de intervención (aunque no existan formatos únicos):
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- Proporcionar psicoeducación pertinente y usar lenguaje apropiado: ayudarles a comprender sentimientos a veces abrumadores, ayudarles a tranquilizarse, a plantearse que son reacciones normales, dar información breve y práctica, no usar palabras como «trauma», evitando el uso de términos clínicos. Realizar intervenciones culturalmente relevantes y garantizar una interpretación adecuada.
- Priorizar la protección y apoyo psicosocial de niños y niñas, en particular a quienes están separados, no acompañados y con necesidades especiales que pueden estar más expuestos al abuso, la violencia y la explotación. Dar asistencia en nutrición, agua potable, descanso, juego y ropa de abrigo.
- Fortalecer el apoyo familiar, ayudar a mantener a las familias unidas, que los niños se mantengan con sus padres. La familia y los apoyos sociales son la mejor protección.
- Identificar y proteger a las personas con necesidades específicas: niños y niñas que viajan solos, personas mayores, personas con discapacidades, mujeres embarazadas, víctimas de tortura, víctimas de trata, sobrevivientes de violencia sexual y de género y personas de diversa orientación sexual e identidad de género.
- No empezar tratamientos psicoterapéuticos que necesiten seguimiento, cuando el seguimiento no es posible. No hacer daño innecesario. Proporcionar tratamiento a las personas con trastornos mentales graves.
- Monitorear y gestionar el bienestar del personal y de los voluntarios. Se exponen repetidamente a relatos de terror y tragedia personal.
- No trabajar de forma aislada: coordinarse y cooperar con los demás.
Y además combatir el miedo y la xenofobia y la incertidumbre, apostar por la integración y visibilizar lo que está ocurriendo: salir a la calle, pasear y aportar una visión diferente, reivindicar la sonrisa y lo que nos une y no lo que nos desune. Exigir a las instituciones que respondan y a los medios de comunicación y otros estamentos que buscan que estas causas se archiven.