Algunos estudios llevados a cabo recientemente en prestigiosas universidades han demostrado que a partir de los tres meses los bebés podrán someterse a la prueba de Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Los investigadores de la Universidad de Boston detectaron que los electroencefalogramas pueden medir la actividad cerebral y detectar o predecir Trastorno del Espectro Autista (TEA) en bebés de apenas 3 meses.
El Dr. Charles Nelson, director del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Boston, explica que los electroencefalogramas (ECFs) han sido empleados antes en los diagnósticos pediátricos.
Un diagnóstico puede hacerse al día de hoy a los dos años de edad, aunque la edad promedio para la detección del autismo es a los 5 años.
Como indica el Dr. Nelson: “Los ECFs son procedimientos económicos y pueden incluirse en los chequeos infantiles con facilidad pues no son invasivos”.
Hacer la prueba fue tan sencillo como sentar a los niños en brazos de sus madres mientras se les escaneaba su cabecita con los sensores de los ECFs. Para mayor tranquilidad y distracción, los investigadores soltaban burbujitas de jabón para entretener a los pequeñitos”.
“La certeza de los resultados permite un abordaje temprano, incluso antes de aparecer los síntomas de autismo en el niño” agregó el especialista.
¿En qué consistió el estudio para la detección temprana del autismo?
El estudio consistió en hacer ECFs? a los 3, 6, 9, 12, 18, 24 y 36 meses a un grupo de 99 niños con un hermano mayor diagnosticado con autismo considerándolos de alto riesgo y en 89 niños considerados de bajo riesgo al no tener hermano mayor con autismo.
Los resultados de diagnóstico de TEA fueron bastante precisos en bebés de 3 meses y para los 9 meses de edad el diagnóstico tuvo una certeza de casi el 100%.
La importancia del diagnóstico temprano del autismo
Del otro lado del mundo, en Australia, la Directora de Kids on track, dijo que esta investigación es “un gran paso que puede cambiar el panorama de diagnóstico y abordaje temprano en niños autistas”.
“El diagnóstico normal es estresante y costoso para la mayoría de los padres e incluso se da luego de meses o años de estar enfrentando una conducta errática de los niños y no saber qué pasa o cómo abordarla” explica la profesional australiana.
“Un diagnóstico temprano permite a la familia a prepararse y educarse sobre el autismo, y sobro todo iniciar terapias tempranas para sus hijos, lo cual ha sido demostrado en investigaciones que marca una diferencia sustancial”.
Las terapias abarcan las fases de introducción progresiva de insumos sensoriales, fisioterapia, para fortalecer la estructura muscular (solo en casos requeridos en algunos niños), terapia ocupacional y grupos de socialización temprana, lo cual es de gran importancia.
Es importante el acceso y la participación de la familia en terapias psicológicas, pues es un asunto que involucra y requiere a todos sus miembros.
La fundadora y especialista del Instituto de Autismo y Terapia con Natación, Erika Gleeson, se?ala que aun cuando existen muchos estudios interesantes sobre el autismo, incluyendo este mismo, la mayoría están en fase inicial, aunque reconoce que la metodología tiene sentido, al ser el TEA un trastorno del neurodesarrollo, comparado a otras pruebas que no se observan en todas las personas con TEA, como por ejemplo, la del seguimiento visual en bebés.
Gleeson explica que el abordaje en edad temprana en el desarrollo de habilidades como el habla, la comunicación, la regulación sensorial y el apoyo conductual, es bien visto por el inicio temprano de terapias dirigidas a alcanzar metas de desarrollo esperadas.
El cambio sería innovador. Los padres comenzarían a recibir apoyo más pronto, lo que significa que muchos médicos deberán actualizar sus metodologías actuales, pues la mayoría no se ha especializado con diagnósticos tan precoces de autismo en niños menores de 24 meses.
“No hay que olvidar que el cambio alcanzaría acuerdos de financiación para tratamientos y terapias en los cuales la normativa vigente de estos servicios estipulan el acceso a este beneficio sólo a partir de los dos años y esto es lo que deberá cambiar” concluyó Erika Gleeson.