Aclarando términos: logopeda, foniatra o maestro


Los pacientes vienen confundidos con el profesional que atiende a sus hijos o a ellos mismos.

La población tiene un gran desconocimiento de la labor de un logopeda, sin embargo, no se les puede echar la culpa a ellos, en absoluto. La responsabilidad la tienen los colegios que ponen en los despachos del maestro de audición y lenguaje “Logopeda”, la responsabilidad la tiene las citas que te dan en los hospitales cuando te ponen “cita para consulta en logopedia/logofoniatría”, la responsabilidad la tienen las compañías médicas que en sus cuadros médicos aparecemos como “foniatras”…

La gente tiene muchas dudas de ¿qué es la logopedia?, ¿es una especialidad médica? ¿es un maestro o qué es?

El logopeda está agotado de tener que defender una profesión sanitaria que, como bien comenté en un artículo anterior, es una titulación universitaria, no un término que se pueda utilizar a la ligera.

El logopeda ha estudiado una carrera de carácter sanitario. Actualmente es un grado de 4 años de formación, no es una especialidad de psicología ni de medicina .Es una carrera propia.
Se nos recoge dentro de la Ley de Ordenación de profesiones sanitarias (LOPS Ley 44/2003) por lo que para poder ejercer la profesión se nos exige unas garantías sanitarias, se nos exige estar colegiados dentro de un Colegio Profesional y cada profesional debe tener un número de colegiado como pudieran tener los médicos.

Repito nuevamente, ¿en los colegios hay logopedas? No. La figura que tienen en los colegios públicos es un maestro de audición y Lenguaje que, en ningún caso, pueden abordar dificultades clínicas y/sanitarias puesto que no tienen la formación. Como bien dice su título son maestros, no sanitarios. Me veo en la obligación de ser muy firme con esto porque por desgracia veo muchos errores de praxis que no pueden dejarse pasar y veo mucha confusión entre los padres que acuden a la clínica comentándonos que lo han visto en el cole.

Otra duda muy habitual es que los pacientes vienen llamándonos foniatras. Tenemos dos extremos, o nos consideran podólogos o maestros o nos suben de categoría y creen que somos médicos. La logopedia no es una especialidad médica .La foniatría no es una especialidad médica y de hecho no existe como especialidad.

Recuerdo cuando estudié mi carrera en Valencia (hace ya bastantes años que mejor no nombrar por evitar hacer cálculos) que en una de mis prácticas tuvimos que ir al hospital Peset Aleixandre, uno de los más importantes de Valencia. Allí en aquel momento me llamó la atención un despacho que ponía “Foniatra”. ¿Quién era el foniatra? Foniatra es un término ya totalmente en desuso, más viejo que la castaña vaya, que normalmente estaba asociado al Otorrino que se encargaba de diagnosticar las patologías vocales (de las cuerdas vocales) y que abordaba ciertas dificultades en la voz y lenguaje.

A día de hoy, si buscamos en internet la palabra foniatra lo describe muy erróneamente como

“La foniatría es la rama de la medicina de rehabilitación que trata el estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades relacionadas con la comunicación humana, por tanto, le interesan las afecciones del lenguaje, la audición, el habla y la voz…”.

Si le damos la vuelta a la tortilla, podríamos decir que los logopedas entonces somos médicos y, no lo somos. Por lo tanto, que venga el médico (aún a costa de crear una controversia importante) que me diga que ha estudiado la especialidad de foniatría, ¿por qué? Porque no existe como rama médica. Cardiología, dermatología, medicina interna, otorrinolaringología, neurología etc. Muchas son las especialidades médicas que hay, pero foniatría no existe y, por lo tanto, ningún médico rehabilitador ni neurólogo ni otorrino ni ninguna otra especialidad puede denominarse foniatra como especialidad médica y por lo tanto no pueden ejercer las funciones de logopeda.

El único profesional de la salud que hoy por hoy aborda la rama sanitaria de rehabilitación, estudio y diagnóstico y tratamiento de las enfermedades relacionadas con la comunicación humana, el lenguaje, la audición, a voz y la deglución SON LOS LOGOPEDAS.

¡Qué manía con querer ser o creerse todo el mundo logopeda! ¿Por qué a todo el mundo le ha dado ahora por utilizar el término logopedia para todo? Un máster en logopedia no te capacita para ejercer una profesión al igual que si yo hago un máster en terapia cognitiva (por poner un ejemplo) no me capacita para que yo pueda decir que soy psicólogo y ejercer.

Repito nuevamente, por tercera vez. La logopedia es una profesión sanitaria no un término que se pueda utilizar a la ligera.

Soy consciente de que en todas las profesiones hay intrusismo, es verdad. El mayor problema es que con trastornos o dificultades con los que tratamos no nos podemos permitir el que no sean atendidos por personal cualificado.

Poniendo otro ejemplo actual de este sinsentido de terminología no reglada, comento un caso de nada más y nada menos que la sanidad pública andaluza conocida como SAS. El susodicho SAS convoca oposiciones, por cierto, las primeras en la historia de la humanidad. Convoca 16 plazas para toda Andalucía de algo llamado “Técnico Especialista en Logofoniatría”, y hemos tenido suerte porque normalmente el SAS nos llama “Técnicos Especialistas en Logofonetría”, que digo yo que sería una errata del funcionario de turno que se quedó así por los siglos de los siglos por no hacer el esfuerzo de cambiarla. En fin, si nos aclara el SAS porque somos técnicos y porqué de ese nombre tan raro e imaginario le estaríamos profundamente agradecidos. Servicios Centrales de Sevilla, ¡no puede costar tanto cambiar a nivel administrativo un nombre!

Desde esta columna y en nombre de todos o casi todos los logopedas rogamos que a cada cosa se le llame por su nombre. Rogamos que El SAS nos denomine logopedas, rogamos que las compañías médicas nos incluyan en sus cuadros médicos como logopedas, rogamos que en los colegios no se difunda que son logopedas ni que hacen logopedia, rogamos que los médicos no se autodenominen logopedas o foniatras o lo que sea. Rogamos un respeto a una profesión sanitaria excepcional que se merece su nombre, su espacio y su reconocimiento.

No pongas en manos tu salud o la de tu hijo en personas que no están formadas ni con la certificación necesaria .Solicita un número de colegiado.

No confundamos a la gente porque no podemos jugar con temas de salud.

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