El Equipo Comunitario Asertivo (ECA) brinda atención a afectados por patologías psíquicas allá donde lo necesiten desde hace 13 años, tiempo en el que mantiene bajo su mirada a 900 pacientes.
Ha vuelto al barrio de Salamanca. Camina cabizbajo, agarrándose un pantalón que se le cae, y, de manera obsesiva, recorre el puente de un lado a otro. Permanece horas sentado, con un café que consigue de los bares de la zona, a los que también pide comida de vez en cuando. Hace dos años también convirtió las calles del céntrico barrio capitalino en su hogar, un tiempo en el que su actitud agresiva provocó que acabaran interviniendo las autoridades. Su aspecto desaseado y su ensimismamiento lo delatan. Tiene problemas. No pide ayuda, pero la recibe igual.
La Unidad Móvil de Acercamiento (UMA) del Centro de Atención de Acogida (albergue) de Santa Cruz, a donde acude de vez en cuando, después de un primer contacto, solicitó apoyo para él a través del Equipo Comunitario Asertivo (ECA) del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, un servicio especializado en el ámbito domiciliario para la atención, seguimiento y cuidados integrados de las personas con discapacidad por trastorno mental grave y persistente. “No es un dispositivo orientado para asistir a las personas sin hogar, cuidamos de cualquier persona que tenga trastornos psicóticos. Esa es la clave del asunto, ahí se incluye la esquizofrenia, trastornos bipolares y de ideas delirantes o paranoias. Somos elitistas, solo atendemos a los que están rematadamente locos”. Así, entre sonrisas, desdramatiza el psiquiatra Cecilio Hernández, coordinador del equipo ECA, el trabajo que vienen desarrollando desde hace ya 13 años los tres psiquiatras, 11 enfermeros y cuatro trabajadores sociales que lo componen.
DIARIO DE AVISOS se interesa por el funcionamiento de esta unidad que mantiene en su órbita de atención a más de 900 pacientes y que ha diagnosticado a miles de personas. Recuerda Hernández que “el que una persona tenga una enfermedad mental no la incapacita ni le obliga a estar en un centro especial”. Y es que ese es el trabajo del ECA, atender a las personas con enfermedad mental allá dónde se encuentren. “Somos un servicio de atención domiciliaria y si el domicilio es un cajero, allí vamos”, añade el coordinador.