La madre de un niño con autismo indagó y estudió tanto sobre la condición de su hijo que halló técnicas cuyos resultados le fueron exitosos, y hasta descubrió que una amiga adulta tenía autismo sin saberlo. Al tiempo, con esta amiga decidieron crear desde Chile una plataforma web en español para apoyar y acompañar a los padres de chicos con esta condición. www.spectrumaid.com
Por Laura Rivera – @lauritrw para Yahoo Noticias
Hace unos 12 años, Heidi Yáñez recibió una noticia inesperada sobre su hijo mayor que la dejó en medio de un torbellino de preguntas y miedos. Era algo desconocido para ella, algo que iba a cambiar por completo su vida y la de su familia. Su pequeño Nico fue diagnosticado con Síndrome de Asperger, un conjunto de trastornos neurológicos que forman parte del espectro autista. ¿Qué sucedería con su hijo?, ¿iba a poder valerse por sí mismo?, ¿cómo ayudarlo?, eran algunas de las inquietudes que la atormentaban.
Lo que atravesó esta madre chilena-venezolana que vivía en Londres es un comienzo similar al que pasan la mayoría de las familias que se enteran de que tienen un hijo autista, en cualquier país del mundo. Es que la información sobre esta condición es escasa y a veces imprecisa, pese a ser una realidad en aumento: se ha duplicado en los últimos 10 años, llegando a afectar a una de cada 68 personas. En total, se estima que el 1% de la población mundial tiene autismo, lo que equivale a 76 millones de personas, según Autism Society.
“Desde que Nico era chico, siempre me pareció que era como un abuelito, lucía más maduro que los otros de su edad”, recuerda Yáñez y cuenta que con su esposo no notaban nada raro, hasta que su suegra observó que el chico “jugaba junto a otros niños pero no con ellos”, y en la escuela les pidieron que le hicieran un examen auditivo porque parecía que no escuchaba bien. Lo llevaron a analizar y se dieron cuenta de que sí escuchaba pero no seguía instrucciones. Ese fue un signo de alarma que llevó, más tarde, a detectar el Síndrome de Asperger, cuando Nicolás tenía 2 años y medio.
-Solos en un mundo desconocido-
“Cuando te enteras de que tu hijo tiene autismo, como papá te sientes super solo, como si hubieras pasado a otra dimensión”, explica Yáñez y relata cómo emprendió una búsqueda incesante de información y tratamientos para ayudar a su hijo.
Durante su residencia en Londres, conoció a varios terapeutas que le enseñaron buenas técnicas y halló rutas alternativas (como la dieta y el tratamiento biomédico, ABA, Verbal Behavior Therapy y otras terapias tradicionales), varias de las cuales le dieron muy buenos resultados. Por esa razón, comenzaron a llamarla muchos padres, para preguntarle sobre su caso.
Gracias a todo eso, Yáñez logró que Nico sea hoy “un adolescente con sus peculiaridades, como todos, pero seguro de sí mismo y contentísimo de ser quien es”, dice con orgullo.
Varios años después, ella y su familia se mudaron a Chile, y en la escuela donde puso a Nico conoció a Marcela Uliarte, una mamá argentina de cuatro niños. Curiosamente, mientras se hacían amigas, Yáñez se dio cuenta de que Uliarte también tenía el Síndrome de Asperger y no lo sabía, pese a tener 48 años de vida.