Si observamos que nuestro hijo no comprende o no se expresa de forma apropiada para su edad, no gesticula, no socializa o no habla como el resto de los niños, es aconsejable acudir al especialista. Hay que desterrar afirmaciones como ‘esperar’, ‘ya hablará’ o ‘aún es pequeño, tranquilo’, que se escuchan de forma a habitual en la consulta y que no son correctas en la mayoría de los casos.
Es importante saber que desde el nacimiento hasta los seis años se produce el periodo de mayor plasticidad cerebral. Por este motivo es necesaria y primordial una intervención temprana con independencia de la edad del pequeño, siempre que existan indicios de retraso. «Dicha intervención resulta crucial, pues aporta mejores pronósticos a los niños que si por el contrario se espera, ya que a medida que van creciendo las dificultades a las que se enfrentan son cada vez mayores, no solo en lo referente a la comunicación, sino también a la socialización, el desarrollo emocional y el aprendizaje escolar», continúan Ana Alás y Lorena Núñez, doctoras de la Unidad de Logopedia y Foniatría del Hospital Quirónsalud San José.
Señales a tener en cuenta
Conocer el proceso de adquisición del lenguaje y sus diferentes etapas es esencial para detectar las desviaciones del mismo. Algunas señales que tanto padres como profesionales relacionados con la infancia deben tener en cuenta para solicitar la valoración por parte del logopeda son las siguientes:
- Entre los 0 y 6 meses. El bebé se calma con la voz de la madre, llora para demandar sus necesidades (hambre, sueño, dolor) identificando cada tipo de llanto con cada una de esas necesidades, aparece el interés por las caras y la sonrisa social, responde a su nombre y surgen los primeros balbuceos y vocalizaciones.
Signos de alerta: el bebe no llora, no aparece sonrisa social o no balbucea.
- Entre los 6 y 12 meses. El bebé entiende rutinas verbales tales como ‘adiós’, ‘hola’; aparece la anticipación gestual ante los primeros juegos (cucú); dice ‘ma-ma’, ‘pa-pa’ como meras vocalizaciones sin un referente directo.
Signos de alerta: solo emite vocales, no responde a los intentos de juego-intercambios comunicativos que el adulto le ofrece.
- Entre los 12 y 18 meses. Sigue órdenes verbales y dice tres palabras con significado, por ejemplo, ‘mamá, papá, agua’; es capaz de señalar partes de su cuerpo y amplía su vocabulario.
Signos de alerta: no emite tres palabras, no señala, o pierde habilidades que ya tenía adquiridas.
- Entre 18 y 24 meses. Es una etapa muy importante porque los niños ya comienzan a manejar unas 25 palabras, con combinaciones de dos, iniciándose la sintaxis. Son capaces de seguir una orden simple y reconocen su nombre.
Signos de alerta: no sigue instrucciones simples, no dice ‘mamá’ ni otros nombres, no señala/ reconoce partes del cuerpo.
- De los 2 a los 3 años. Comienza la etapa de explosión lingüística, cuando el niño es capaz de seguir órdenes verbales complejas, formula frases de tres elementos y pregunta ‘¿qué?’.
Signos de alerta: no emplea frases de dos palabras, ni sigue instrucciones verbales de dos pasos.
- De los 3 a los 4 años. El niño aumenta su vocabulario, comprende ordenes complejas, emite oraciones de tres/ cuatro elementos y pregunta ‘¿por qué?’. Su lenguaje es entendible para conocidos y desconocidos.
Signos de alerta: no emplea frases de tres elementos, no maneja un vocabulario cada vez más extenso, los desconocidos no entienden lo que el niño quiere decir o no comprende órdenes de tres pasos.
- De los 4 a los 5 años. La construcción del lenguaje oral es más elaborada, comprende todo lo que se le dice, emplea oraciones complejas, es capaz de contar de una forma clara sus experiencias. Es entendido por todos.
Signos de alerta: no emplea oraciones de cuatro elementos, en ocasiones parece no comprender y no es capaz de contar de forma breve alguna experiencia.
- De los 5 a los 6 años. El niño comprende todo lo que se le dice, usa frases complejas y es capaz de narrar tanto sus experiencias como relatos sencillos de una forma clara e inteligible para todo el mundo.
Signos de alerta: si cree que no entiende lo que se le dice, si no emplea oraciones complejas, si no es capaz de expresar sus vivencias de forma clara e inteligible para todos.
Ante los signos de alerta es necesario acudir al logopeda, que será quien determine la existencia o no de alteraciones.
La adquisición del lenguaje es un continuo encadenado, por tanto, si se ocasiona un retraso en algún momento del crecimiento y no se actúa, el resto de procesos se verán inevitablemente alterados, llegando a los seis años de vida con dificultades en el lenguaje oral así como en la socialización, lo emocional y el aprendizaje. Es la razón por la que nunca se debe esperar. «Consulte con el logopeda si sospecha que su hijo puede padecer un retraso en el desarrollo y la adquisición del lenguaje, nos encargaremos de asesorarle y orientarle sobre los pasos a seguir», concluyen la coordinadora y la logopeda de la Unidad de Logopedia y Foniatría del Hospital Quirónsalud San José.