Es muy frecuente que las personas que se enfrentan a períodos largos de preparación, planificación o ejecución de proyectos (ya sean de trabajo o de estudio) pasen por períodos en los que les cuesta seguir adelante con las tareas. Es decir, pasan por espacios de tiempo en los que se desmotivan; comienzan el camino con mucha energía y poco a poco “van perdiendo fuelle”.
Motivación: un concepto importante en nuestras vidas
La motivación es la fuerza interior que tenemos las personas y que nos ayuda a iniciar, mantener e incrementar una conducta. Puesto que se trata de algo fluctuante, es necesario que sepamos implementar estrategias propias para motivarnos a nosotros mismos. Además, las diferencias individuales en temperamento y carácter (los psicólogos nos referimos a ello como ‘rasgos de personalidad’) hacen que unas personas se desmotiven más fácilmente que otras. Por ello, es importante que cada persona sepa cómo motivarse a sí misma.
Cinco consejos para incrementar tu nivel de motivación
A continuación tienes un total de cinco consejos generales que te ayudarán a recuperar tu motivación. Recuerda que, como “cada persona es un mundo”, puede ser que algún consejo te sea más útil que otro. Adapta el consejo a tu situación particular para que éste sea más efectivo.
1. Tómate un descanso
Es muy importante que, frente a los bloqueos, la desmotivación y la apatía, nos demos un tiempo para «desconectar». Todos tenemos períodos de dudas y desmotivación. Y en esos días tenemos que compaginar nuestras “metas” con actividades que nos permitan distraernos. Es decir, tienes que lograr un equilibrio entre tareas que te hagan alcanzar tu meta y tareas que sean recreativas o agradables para ti. Así, serás capaz de tener una visión de pájaro respecto a lo que estás haciendo y para qué lo estás haciendo.
Recuerda: tómate un descanso y distánciate de la tarea cuando te desmotives o te encuentres bloqueado.
2. Concéntrate en los detalles positivos
Es importante que seamos capaces de disfrutar y valorar de los detalles positivos. Se trata de que nos paremos a observar los logros positivos que hemos cosechado. Para tener logros positivos, el secreto es proponerse metas concretas y alcanzables. Los logros y los éxitos, aunque sean pequeños, nos ayudan a seguir adelante y nos permiten aprender de nuestras fortalezas. Es decir, no solo hemos de aprender de nuestros errores, también debemos potenciar aquello que nos hace tener éxito.
Puedes escribir en un folio o post-it aquellas metas que hayas alcanzado para tenerlas presente y recordar tus capacidades. Coloca este folio a la vista para que siempre puedas mirarlo.
3. Retoma el sentido de tu meta
En muchas ocasiones nos desmotivamos porque la rutina hace que olvidemos las razones por las que hemos emprendido una proyecto. Cuando te sientas desmotivado, vuelve al pasado y visualiza o imagina qué es lo que te ha llevado a querer emprender ese camino.
Tienes que rememorar los motivos que te llevaron a querer alcanzar esa meta. Esto te ayudará a motivarte, porque te hará conectar con tus deseos y aspiraciones personales.
4. Valora tus progresos comparándote contigo mismo, no te compares con los demás
Los logros y avances que tengas debes valorarlos en función de dónde te encontrabas antes y dónde te encuentras ahora. Se trata de que valores todos los ámbitos que forman parte de tu proyecto, por ejemplo: habilidades y capacidades que hayas mejorado o ganado, miedos que antes tenías y ya no tienes, cosas que ahora realizas fácilmente y antes te costaban mucho.
Esta es la manera correcta de valorar tus progresos, compárate con tu “yo del pasado”. Compararte con otras personas, cuyas circunstancias son muy distintas, no es una buena idea y no te permite tener una perspectiva adecuada sobre tus progresos.
5. Realiza cambios que enriquezcan tu rutina: cultiva tu pensamiento divergente
El pensamiento divergente es que aquel que se sale de lo normal, lo cotidiano y lo rutinario; es un tipo de pensamiento que nos permite ser más creativos y estar más motivados. Para cultivar este tipo de pensamiento necesitamos estar en contacto con diferentes estímulos (visuales, auditivos) y variar nuestra rutina.
Se trata de que en la medida de tus posibilidades, estés en contacto con nuevas ideas, tendencias, y actividades. De este modo despertarás tu creatividad y generarás nuevas maneras de enfrentarte a las tareas con mayor motivación.