Motricidad y autismo: ¿por qué es tan importante?


La motricidad y el autismo tienen una estrecha relación, ya que esta a menudo se encuentra alterada o experimenta un retraso en su desarrollo en las personas con autismo.

El retraso en el desarrollo de la motricidad puede derivar en un retraso en el desarrollo cognitivo del niño, y es por esto que es muy importante entender qué es la motricidad y qué implicación tiene en el desarrollo global de la persona.

La motricidad es una área del desarrollo como podría ser el lenguaje, la comunicación o las habilidades cognitivas, pero esta frecuentemente pasa desapercibida y no se le da la importancia necesaria en la estimulación de las personas con autismo o otros trastornos del desarrollo.

¿Qué es la motricidad?

La motricidad es la capacidad que tienen las personas para realizar movimientos con su propio cuerpo.

La motricidad es una área del desarrollo de las personas que implica la capacidad de realizar movimientos complejos y cada vez más coordinados con todas las partes de su cuerpo.

La motricidad es la capacidad que tienen las personas para realizar movimientos con su propio cuerpo.

Si observamos un bebé veremos que el control de su propio cuerpo es todavía muy inmaduro y que este tiene muy poco control de su cuerpo y sus extremidades.

En los bebés observamos movimientos muy mecánicos, impulsivos y con muy poco control, y a medida que van creciendo vemos que cada vez tienen más control de su cuerpo y esto les permite, poco a poco, desarrollar habilidades como poderse desplazar de forma autónoma o poder interactuar con objetos más pequeños o más complejos de utilizar.

¿Por qué es tan importante el desarrollo de la motricidad?

Sobretodo durante los primeros años de vida el desarrollo de las habilidades motrices juega un papel esencial en el desarrollo global del infante.

Las personas interactuamos con nuestro entorno físico a través del control de los movimientos de nuestro propio cuerpo, y el desarrollo del control de nuestro cuerpo nos permite poder interactuar con objetos y situaciones de nuestro entorno cada vez más complejos.

Un bebé primero solamente interactúa con objetos muy básicos, ya que su motricidad todavía está poco desarrollada, y a medida que se va desarrollando es capaz de jugar e interactuar con objetos o juguetes que al mismo tiempo le permitirán aprender y desarrollar sus capacidades cognitivas.

Un niño pequeño que tiene dificultades en su motricidad también tendrá dificultades para jugar e interactuar con objetos que le pueden permitir desarrollar otras habilidades cognitivas.

Las dificultades motrices en los niños pequeños pueden derivar en un retraso en el desarrollo cognitivo.

Si un niño, debido a sus dificultades motrices, no interactúa con objetos complejos, hará que este niño no disfrute de las situaciones de interacción con estos objetos complejos, y se quede atascado en objetos más básicos que no le están aportando nada nuevo ni complejo a sus aprendizajes cognitivos.

Algunos estudios nos indican que los niños con retrasos en el desarrollo motriz también experimentan, a consecuencia de este retraso, un retraso en el desarrollo cognitivo, al no ser capaces de interactuar con el entorno físico más complejo hasta que sus habilidades motrices son más maduras.

Es por este motivo, que en la estimulación temprana es muy importante tener en cuenta en desarrollo motriz del niño.

De hecho, los hitos evolutivos del desarrollo de una persona van muy relacionadas con el desarrollo de la motricidad.

Gracias al desarrollo de la motricidad somos capaces de gatear, después empezar a andar, comer solos, o pintar y escribir, y a largo plazo, somos capaces de utilizar un ordenador, ir en bicicleta o conducir un coche gracias también al desarrollo motriz.

¿Qué relación tiene la motricidad y el autismo?

Sabemos que el autismo es un trastorno que puede presentarse con mucha variabilidad, y que uno de los motivos que explica estas grandes diferencias que observamos en la presentación del autismo son las dificultades asociadas, también denominadas las alteraciones comórbidas.

Una de las dificultades asociadas que observamos en mayor medida a las personas con autismo es el retraso en el desarrollo motriz.

Como ya hemos explicado, un retraso en el desarrollo motriz puede derivar en un retraso de las capacidades cognitivas del niño, ya que a través de la motricidad y de la interacción con el medio físico es como un niño va desarrollando también sus capacidades cognitivas.

Es por esto que si observamos que un niño con autismo tiene dificultades en su motricidad será importante tenerlas en cuenta en nuestro plan de trabajo o de estimulación.

La buena noticia es que si estimulamos el desarrollo de la motricidad en los niños pequeños con autismo, sobretodo antes de los 3 años, podemos ver grandes avances en este, tal y como demuestra este estudio.

Tipos de motricidades

Existen dos tipos principales de motricidades, la “Motricidad gruesa” y la “Motricidad fina”.

La motricidad gruesa se desarrolla antes que la motricidad fina, y aunque las dos están relacionadas, podemos observar a personas con grandes habilidades de motricidad gruesa y bajas habilidades en la motricidad, y viceversa.

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