Hace 11 años el Consejo de Ministros determinó al 26 de octubre como el Día del Daño Nacional Cerebral Adquirido (DCA)
En relación con el DCA hay un momento clave; el momento en el que, superada la crisis inicial, en la que la vida ya está a salvo, se descubren las secuelas del daño cerebral. Secuelas que, en muchos casos, afectan a la autonomía de las personas, a cómo se relacionan con su vida cotidiana, con su empleo, estudios, familia, aficiones, etcétera. Por ello, la detección precoz, y la atención especializada y temprana son esenciales, junto con los tratamientos rehabilitadores una vez superada la fase hospitalaria.
Otra cuestión que debemos tener muy presente es que el DCA afecta directamente a quien lo padece, pero además, afecta a toda la familia, a sus cuidadores no formales, a la propia estructura familiar creando, en ocasiones, situaciones extremadamente complejas.
Prevención y hábitos saludables
El Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido nos debe hacer reflexionar, como personas, de la necesidad de la prevención, de fomentar los hábitos saludables y evitar aquellos que pueden poner en riesgo nuestra salud; pero como sociedad, tenemos que poner en valor el trabajo de las y los profesionales y de las entidades que participan en todo el proceso en torno a esta cuestión, desde el personal sanitario a los cuidadores, formales o no, y, desde luego, reconocer que Castilla-La Mancha goza de importantes recursos y herramientas para apoyar a estas personas y a sus familias en la tarea de continuar viviendo sus vidas con intensidad y disfrutando del mayor bienestar posible.