La pérdida de memoria y habilidades es lo que caracteriza los procesos de demencia.
Al avanzar la edad, todos los tipos de memoria (a corto, medio y largo plazo), deben permanecer con pocos cambios respecto al adulto joven, a excepción quizás de la memoria inmediata, que es la que más se resiente con el envejecimiento. De igual modo, la capacidad verbal, el vocabulario, la comprensión y las capacidades de manejo se mantienen casi intactos con la edad.
Sin embargo, sí se puede encontrar un cierto enlentecimiento en el procesamiento de todas las áreas cognitivas, sin que ello suponga una disminución de las mismas, ya que se puede esperar que la respuesta final se encuentre intacta, aunque algo más lenta.
La realidad clínica dice que algunas personas en edad geriátrica, sin cumplir los criterios diagnósticos de demencia, se quejan de su memoria y en algunos casos se puede objetivar en ellas un leve deterioro cognitivo en los tests de memoria y habilidades. Esta situación recibe, entre varios nombres, la denominación de deterioro cognitivo leve.
El deterioro cognitivo leve se define como el declive de las funciones cognitivas en grado leve, ya sea debido a las alteraciones atribuibles al proceso fisiológico del envejecimiento o debido a otros factores y que en general no afecta a la realización de las tareas habituales del día a día. Por su parte, la demencia se caracteriza por la alteración progresiva de la función cognitiva que incapacita a la persona la realización de alguna de estas llamadas actividades de la vida diaria.
Según el grado de dificultad para realizar las actividades de la vida diaria que presente el paciente, se catalogará como deterioro cognitivo leve si no padece ninguna afectación, o bien, si ya existe incapacitación para las actividades de la vida diaria, se clasificará como demencia leve, moderada o grave.
De este modo, se define demencia como el deterioro adquirido de la memoria asociado, al menos, al de otra de las funciones cognitivas y que afecta a la vida diaria de las personas que la padecen.
Las funciones cognitivas afectadas son principalmente:
- la memoria a corto, medio o largo plazo.
- las áreas del lenguaje (comprensión, elaboración, vocabulario).
- las habilidades manuales (praxias).
- las funciones cerebrales de resolución de problemas o ejecución de acciones.
- los rasgos de la personalidad, que se ven comúnmente afectados en los casos de demencia con afectación de las áreas frontales cerebrales.